La Asamblea General de las Naciones Unidas lo reconoció como Estado observador no miembro.
La Asamblea General de la ONU aprobó por abrumadora mayoría reconocer a Palestina como Estado observador no miembro, con lo que dio una importante victoria diplomática al presidente Mahmud Abbas pese a la férrea oposición de Israel y Estados Unidos.
La resolución cambió el estatus de observador de la Autoridad Palestina de “entidad” a “Estado no miembro”, como el Vaticano.
La votación de los 193 miembros de la Asamblea logró 138 votos a favor, 9 en contra y 41 abstenciones (entre ellas la de Colombia) para habilitar a los palestinos a integrarse a las agencias de la ONU y firmar tratados internacionales.
Los países que votaron en contra fueron Canadá, República Checa, Palau, Nauru, Micronesia, Islas Marshall, Panamá, EE.UU. e Israel, mientras que Colombia figuró entre las abstenciones.
“Solicitamos a la Asamblea que se acuerde a Palestina un estatuto de Estado observador no miembro”, dijo el embajador sudanés, Daffa Alla Elhag Ali Osman, al iniciarse el debate. “Este es un día histórico”, añadió. El presidente Abbas llamó a firmar el “certificado de nacimiento” de un Estado palestino y dijo que el reconocimiento de la ONU es la última oportunidad de la paz con Israel. Abbas recibió una ovación de pie al inicio y al finalizar su discurso de 22 minutos.
El líder palestino dijo que quiere dar “nueva vida” a los esfuerzos para alcanzar un acuerdo con Israel, pero que los miembros de la ONU deben “dar un certificado de nacimiento a la realidad del Estado palestino”.
La votación se celebró en una fecha grabada en la memoria colectiva -cuando la Asamblea votó el 29 de noviembre de 1947 la Resolución 181, por la que se partió el territorio palestino bajo control británico en dos Estados, uno árabe y otro judío-. Los gobernantes árabes la rechazaron y, tras encarnizados combates, solo Israel fue reconocido como Estado seis meses más tarde.
Estados Unidos e Israel se opusieron frontalmente a la propuesta. Poco después de la votación, la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Susan Rice, afirmó que el nuevo estatus de Palestina crea “obstáculos” para alcanzar la paz con Israel.
La resolución “expresa la esperanza de que el Consejo de Seguridad considere de manera favorable” su candidatura como miembro de pleno derecho, presentada en septiembre del 2011 por Abbas, pero torpedeada en el Consejo por la amenaza de veto de EE. UU.
Si los palestinos se exponen a sanciones y más bloqueos, a los israelíes los preocupa la posibilidad que los palestinos tendrán ahora de entrar a tribunales internacionales y de interponer una demanda contra Israel. Funcionarios palestinos han mencionado esta hipótesis si Israel continúa con su política de asentamientos en Cisjordania.
Israel y EE. UU. han amenazado con sanciones en caso de un voto positivo. El Congreso podría negarse a pagar los 200 millones de dólares en ayuda prometidos a los palestinos. Israel podría bloquear los impuestos que recauda por cuenta de la Autoridad Palestina, reducir el número de permisos de trabajo para los palestinos o derogar los acuerdos de paz de Oslo de 1993. En compensación, la Liga Árabe ha prometido a los palestinos una “red de seguridad” de 100 millones de dólares por mes. Pero, en el fondo, lo que interesa al mundo es que las partes reanuden las negociaciones de paz.