El próximo miércoles, a las 7 de la noche en el Atanasio Girardot, se jugará el partido de ida.
La finalÃsima de la Liga, aparte de inédita y de estar impregnada de angustia por la clasificación de Millonarios y MedellÃn este domingo, que terminaron contando hasta las milésimas de segundo, a la espera del pitazo final, también representa el ‘bautizo’ de los azules en la última instancia, a la que accede también por primera vez el técnico del DIM, Hernán DarÃo Gómez.
El equipo bogotano era el único de los grandes al que se le resistÃa una disputa de tÃtulo desde que se adoptó el sistema de dos torneos por temporada. Tuvo que pasar una década para que la esquiva estrella 14 al menos se vislumbre sin necesidad de telescopio.
Hace un año, el 3-0 en la ida de la semifinal sobre Junior parecÃa dejarlo con pie y medio en la final, pero luego vino el descalabro en el Metropolitano para darle espacio al lamento. (Lea también: MedellÃn sufrió para vencer a Itagüà pero al final lloró de alegrÃa).
Este domingo, con el mismo rival al frente, el fantasma de la eliminación por fortuna no apareció y el empate sin goles bastó para hacer historia. ‘Bolillo’ vive, en cierta forma, una situación parecida, ya que desde que regresó al rentado en el 2008, cuando se puso el buzo de DT de Santa Fe, no tenÃa la posibilidad de dirigir en una final de torneo semestral. Ahora se le da en el cuarto intento.
La espera de 21 años ha llegado a su fin para Gómez, que buscará su segundo tÃtulo en la liga nacional. En 1991 le puso la quinta estrella al escudo de Nacional y ahora quiere bordarle la sexta al del eterno rival, su amado MedellÃn.
Demasiado tiempo para uno y otro, como también mucha ilusión y responsabilidad en ambos porque el tÃtulo está ahÃ, a 180 minutos luego de haber recorrido un largo camino que resultó más cómodo para los azules y no tanto en el caso del ‘Rojo de la Montaña’.
Para rematar, un dato que, aparte de curioso, genera demasiada ilusión en Bogotá: en seis de los siete tÃtulos de Santa Fe, cada vez que los ‘cardenales’ dieron una vuelta olÃmpica, al siguiente torneo su rival tradicional se consagró. De ser asÃ, el meridiano del fútbol colombiano volverá a trazarse por la capital colombiana, algo que parecÃa utópico y ahora resulta necesario.