El juego terminó 1-1 y los cobros desde los 12 pasos le dieron el tÃtulo al conjunto ‘Embajador’.
La gente no se movÃa. ParecÃa que los casi 40.000 hinchas de Millonarios que llenaron El CampÃn querÃan alargar la fiesta el mayor tiempo posible, asà como su sufrimiento de 24 años tuvo casi 20 minutos extra, los que pasaron desde el final del partido hasta que el arquero Luis Delgado le atajó el sexto cobro a Andrés Correa. (GalerÃa: Estos son los héroes de la estrella 14 de Millonarios).
Pero todo eso ya no importaba. La hinchada azul, desde hace muchos años, estaba acostumbrada a sufrir. Esta vez llegó la recompensa, la estrella 14 que se les habÃa escapado muchas veces y que por fin aterrizó encima del escudo del equipo más campeón del fútbol colombiano, al vencer en un desempate a un durÃsimo Independiente MedellÃn. (Vea también la galerÃa: Asà celebraron jugadores e hinchas de Millonarios el tÃtulo).
En las tribunas, casi una hora después de terminado el juego, los espacios eran tan escasos como dos horas antes de que empezara. Los hinchas madrugaron al estadio para una fiesta que se hizo esperar, por culpa, en buena parte del propio Millonarios, que cometió un error defensivo en el segundo tiempo del partido para prolongar la espera hasta el desempate por cobros desde el punto penalti. (Lea: Asà se constituyó el equipo que salió del pozo financiero).
El primer tiempo fue una fotocopia del encuentro de ida de la final. MedellÃn se la jugó con toda a aguantar el empate para, en el peor de los casos, ir a los penaltis. Millonarios pecó por lo mismo de los dos últimos partidos, la falta de claridad para anotar.
Pero en el minuto 44 del primer tiempo vino una jugada entre Pedro Franco, Wason RenterÃa y Máyer Candelo. El ’10’ azul le tiró un pase a Hárrison Otálvaro, pero la bola se le fue larga. El vallecaucano fue a buscarla de nuevo, tiró el centro y Wilberto Cosme se reencontró con el gol, tras anticipar a la defensa y marcar el que ya parecÃa el gol del tÃtulo. (GalerÃa: La fiesta de los hinchas en Bogotá).
Algunos hinchas en el sector norte comenzaron a celebrar antes de tiempo, cuando comenzaba la segunda etapa: empezaron a quemar pólvora (a propósito, si habÃa tres anillos de seguridad, ¿cómo entró la pólvora?) y un artefacto casi le pega al arquero Delgado.
El árbitro Luis Sánchez paró el partido durante un par de minutos y ese hecho desconcentró a Millonarios. MedellÃn, cómo no, aprovechó la oportunidad para empatar el partido y convertir las tribunas en un examen colectivo al corazón: cobro de Sebastián Hernández, cabezazo de Diego Herner, mal rechazo de Delgado y gol de William Zapata.
En el festejo, Felipe Pardo se fue a provocar a la tribuna y, como ya tenÃa amarilla, Sánchez lo echó. Ni con un rival disminuido Millonarios encontró cómo romper la defensa visitante. Hernán Torres no querÃa llegar por ningún motivo al desempate, a tal punto que sacó a dos jugadores que seguramente tenÃan puesto fijo en la lista de cobradores, Rafael Robayo y Máyer Candelo.
El juego se cayó y las tribunas alternaron entre las protestas y los largos silencios. Hubo un gol de Wason RenterÃa que el juez anuló por un apretadÃsimo fuera de lugar. Esa fue la mayor emoción después del gol del DIM. Porque después llegó otro electrocardiograma múltiple, los cobros desde el punto penalti.
Ya es bien sabido que en el fútbol colombiano, por el formato del torneo, no gana el que más puntos haga, sino el que mejor remata, de manera que el esfuerzo de 26 partidos quedaba reducido a 10 cobros desde el punto penalti. Los tres primeros, dos de Millonarios y uno del MedellÃn, terminaron adentro del arco sur de El CampÃn.
El cuarto, cobrado por el argentino Diego Herner, se estrelló en el horizontal, y con eso los azules parecÃan encaminarse, ahora sÃ, hacia la 14. No fue asÃ. Tres cobros más adelante, Leandro Castellanos paró el balón lanzado por Ómar Vásquez y el estadio parecÃa en un parto colectivo, pujando para evitar un año más de dolor.
Julián Guillermo, Hárrison Otálvaro y Jorge Arias dejaron todo empatado. Ahora, el sufrimiento no iba en tandas de a cinco, sino de uno en uno. Luis Delgado se paró frente a la pelota y le rompió el arco a Leandro Castellanos. Y todo quedó en las manos, o mejor, en los pies de Andrés Correa, un zaguero central juvenil, de 19 años, integrante de la Selección Colombia Sub-20 que dirige Carlos Restrepo y que solamente estuvo 121 minutos en la cancha en todo el semestre.
Correa cobró a la izquierda y allá llegó Delgado. En sus manos terminaron 24 años de espera, de sufrimiento, de muchas frustraciones. Y El CampÃn volvió a ver una vuelta olÃmpica que los hinchas no querÃan que terminara nunca. Por eso no se querÃan ir. No se movÃan.