El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Corea será sometido este martes a votación en la plenaria del Senado, después del aplazamiento de la semana pasada.
Ese acuerdo comercial, el primero negociado por el país con una economía asiática y que fue firmado el 21 de febrero en Seúl, fue definido como prioritario por la administración de Juan Manuel Santos para la actual agenda legislativa.
El Gobierno considera que el TLC con Corea beneficiará principalmente al sector agropecuario colombiano, cuyos productos llegarán a un mercado con alto poder adquisitivo, que es un gran importador de alimentos.
El miércoles pasado, cuando la plenaria de la corporación aplazó la votación del proyecto de ley, el ministro de Comercio, Santiago Rojas, defendió esta iniciativa “porque es claramente beneficiosa para el país”.
Para Rojas, una de las formas de apoyar la actividad agropecuaria local, que atraviesa una coyuntura muy difícil, es precisamente con la aprobación del acuerdo comercial con Corea.
Según el anterior ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, este es el primer TLC negociado por Colombia en el que el agro es un claro ganador, al punto de haber recibido todo el respaldo de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), que ve un gran potencial de crecimiento de las exportaciones del sector.
Además de las posibilidades que ofrece el mercado coreano para frutas, hortalizas y otros productos del agro, el Gobierno asegura que las perspectivas para la ganadería colombiana son enormes, dado el gran volumen de importaciones de carne que realiza ese país cada año.
Igualmente, uno de los objetivos más buscados por Colombia en las negociaciones con las economías asiáticas es atraer sus recursos para vincularlos a las actividades productivas locales, que resultan atractivas para sus inversionistas.
Así, existe interés en invertir en infraestructura de carreteras, ferrocarriles, portuaria y logística, entre otros proyectos claves para aumentar la competitividad de la economía colombiana y, junto con esta, incrementar significativamente las exportaciones con alto valor agregado.
Igualmente, las autoridades colombianas destacan que las inversiones en el aparato industrial demandan mano de obra calificada, que significan un aumento en sus ingresos.
Y no se trata solamente de recursos financieros externos, pues junto con ellos debe producirse también transferencia de tecnología, en la cual Corea es de los países más avanzados en el mundo.
No obstante los buenos augurios del Gobierno, ensambladoras de vehículos y electrodomésticos, fabricantes de autopartes y de algunas líneas de confecciones tienen una opinión diferente y han expresado su desacuerdo con este tratado comercial.
Si el Senado aprueba el acuerdo comercial, el proyecto tendrá que sortear los dos debates en la Cámara de Representantes para convertirse en ley, lo cual podría suceder este mismo año.
Posteriormente, la ley será objeto de examen por la Corte Constitucional Entre enero y agosto pasado, las exportaciones colombianas a Corea ascendieron a 126 millones de dólares, principalmente de productos primarios, mientras que las importaciones provenientes de dicho país sumaron 792 millones, en su inmensa mayoría de productos industriales.
Uno de los atractivos del acuerdo es que la mayoría de los aranceles que hoy gravan el comercio entre las dos economías se reducirán a cero desde el primer día de vigencia; otros serán eliminados gradualmente con el correr de los años con el objetivo de que diferentes sectores de la economía puedan ir modernizándose y ajustando sus procesos de producción a las nuevas condiciones de la competencia.
Informacion Portafolio.co