La desindustrialización paulatina del Valle de Aburrá ya pasa factura en la destrucción de 32 mil puestos de trabajo en el sector manufacturero entre julio y septiembre pasado, frente a igual periodo de 2012. Sin embargo, la construcción ha ganado unos 19 mil ocupados y el comercio otros 9 mil, según el Dane.
Este tipo de comportamientos explican, en parte, que el mercado laboral local esté con una tasa de desempleo de 10 por ciento, a niveles históricos solo registrados a finales de 2007, lo que responde a la reducción consecuente con el crecimiento económico acumulado de los últimos años en la subregión.
Sin embargo, en la última década, mientras la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de Antioquia ha sido a un promedio de 4,6 por ciento, en igual lapso, el crecimiento de la población ocupada se ubica alrededor de 3,2 por ciento.
“Una tercera parte se explica por “comercio, restaurantes y hoteles”, actividad que registra altos índices de informalidad. Pero cabe anotar que también un 30 por ciento de los ocupados están en la categoría “por cuenta propia”, en actividades que registran índices de informalidad del 80 por ciento”.
Así lo señaló ayer Olga María Ospina, directora de Investigaciones de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, durante el foro Competitividad, empleo y desarrollo, convocado por el Consejo Intergremial de Antioquia, en Plaza Mayor.
En ese contexto, Hugo López Castaño, gerente del Banco de la República en Medellín, afirma que, “si bien necesitamos bajar el desempleo, sobre todo hay que ocuparse de la informalidad (con una tasa local de 45,92 por ciento). Miremos para atrás para felicitarnos, pero revisemos a los países vecinos para saber que nos falta mucho trecho, pues en América Latina el desempleo urbano está en 6 por ciento”. El experto añade que la mayor presión sobre el mercado laboral hace más compleja la consecución de empleo, sobre todo para los menos capacitados y pobres.
No obstante, las perspectivas son halagüeñas en materia de empleo para la ciudad, teniendo en cuenta el buen desempeño de la actividad edificadora, repuntarán las obras civiles por parte de administraciones locales y departamental, pero esto también trae grandes desafíos.
“El tema manufacturero es donde más preocupación hay, con la tendencia a perderse más empleo, mientras sectores como construcción, eléctrico y turismo siguen creciendo”, apunta el director de Acopi Antioquia, Miguel Echeverri.
Agrega que los principales cuellos de botella en las micro, pequeñas y medianas industrias locales tienen que ver con mayor capacitación, acceso financiero, modernización tecnológica, dispersión empresarial (falta más asociatividad) y mejores prácticas empresariales.
De otro lado, Fenalco Antioquia, gremio de los comerciantes, estima que en la temporada de fin de año se crearán unos 30 mil puestos temporales en un sector que aporta cerca del 29 por ciento de ocupados en el Valle de Aburrá.
“Lo que preocupa ahora es que se requiere mayor grado de especialización en ventas y mercadeo, al tiempo que el 32 por ciento de los cesantes de Medellín (uno 57 mil trabajadores) provienen del comercio”, recalca Esperanza Arango, directora de Investigaciones de Fenalco Antioquia.
Por su parte, el gremio de los constructores, proyecta que 2014 será año récord en generación de empleo, con cerca de 130 mil ocupados, hoy aporta unos 118 mil, según cifras oficiales.
“Esto se explica por el crecimiento de ventas de vivienda nueva que se ejecutarán el próximo año y la mayor ejecución de obras públicas en la región, porque los gobiernos locales comienzan su cuenta regresiva”, concluye Eduardo Loaiza, gerente de Camacol Antioquia.
Elcolombiano.