Las dificultades cada vez más recurrentes en el aeropuerto Eldorado de Bogotá, por cuenta del clima, el incremento en el tráfico de pasajeros por encima de lo previsto y situaciones puntuales de las compañías aéreas, han puesto en evidencia que, más allá de una terminal remodelada, es necesario hacer más esfuerzos para mejorar las operaciones.
El tema más reciente corrió por cuenta de Avianca, compañía que ha estado en el ojo del huracán, pues los inconvenientes operacionales de la semana pasada ocasionaron la cancelación de más de 70 vuelos entre distintas ciudades del país, con sus correspondientes caos en las terminales aéreas.
La preocupación frente a este tema crece en momentos en los que se avecina una época de alto flujo de viajeros por la temporada de fin de año.
Ya la compañía anunció que está revisando itinerarios, usando equipos y tripulación de otras aerolíneas del grupo, entre otros temas.
El presidente de la compañía, Fabio Villegas Ramírez, dice que “es de nuestro resorte tener recursos suficientes, pilotos, tripulación, equipos de soporte, aeronaves, buses y entorno logístico.
Si es necesario hacer más, lo hacemos, pero estamos operando en condiciones limitadas en materia de infraestructura y espacio aéreo”.
En términos generales, el tema ya se está revisando en la Aerocivil, de la mano con IATA, e incluso ya se ha incorporado en el del Plan Maestro del Aeropuerto, y contempla varios frentes.
Uno de ellos es el espacio aéreo, que a juicio de los expertos necesita un uso mucho más eficiente.
Cálculos señalan que en Bogotá se producen 30 aterrizajes por hora, que en fases de mal clima pueden reducirse a 24, cifras que podrían aumentar significativamente.
Villegas, de Avianca, señala que “un aeropuerto con dos pistas debería estar en capacidad de recibir muchos más vuelos. Hay varias mejoras que se pueden hacer, como facilitar calles de evacuación en las pistas, y disminuir la separación de las aviones”.
Añade también que es necesario utilizar más eficientemente las dos pistas y mejorar los procedimientos de aproximación de los vuelos desde el oriente, como consecuencia del cambio en la dirección de los vientos.
Justamente, el clima es uno de los elementos críticos en Bogotá, y al ser un elemento que no se puede controlar, es necesario hacer más inversiones en tecnología, particularmente en ayudas de carácter satelital.
Se espera que buena parte de estos temas queden resueltos una vez entre en operación la nueva torre de control.
MÁS ACCIONES
El directivo advierte, además, que las autorizaciones que se les dan a los aviones para regresar a Bogotá están experimentando demoras, que en algunos casos alcanzan los 50 minutos.
A pesar de las mejoras en las terminales nacional e internacional, los pasajeros están experimentando incomodidad por cuenta de que los aviones que llegan no tienen en donde estacionarse.
El presidente de Avianca señala que el 40 por ciento de las operaciones es remota, “pues el aeropuerto no está diseñado para atender momentos complejos, y llega un punto en que los aviones no pueden moverse”; y confía en que pronto se vean los resultados de los esfuerzos del concesionario Opaín para ampliar los puntos de parqueo.
Informacion Portafolio.co