En lo que era un restaurante ubicado en el barrio Galerías de Bogotá, pero que en su segundo piso tenía una oficina en la que trabajaban militares activos y hackers civiles, estos últimos con el “fin poder eventualmente negar cualquier vínculo con la institución”, precisa el sitio web de la revista Semana, se hacían las interceptaciones.
De acuerdo con la publicación, la operación tenía como nombre clave ‘Andrómeda’ y se dedicaba a recolectar información de correos electrónicos y conversaciones de Blackberry y Whatsapp de los negociadores del Gobierno en Cuba, así como de ONG e integrantes de la oposición.
El informe periodístico señala que supuestamente los negociadores como el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo; el Alto Consejero Presidencial para la Reintegración, Alejandro Eder y, el Jefe Negociador, Humberto de La Calle, tenían seudónimos y que la operación tenía como fin obtener la mayor cantidad de información sobre el avance de las negociaciones.
De acuerdo con Semana, ‘Andrómeda’ estaba a cargo de un oficial perteneciente al batallón de Inteligencia Técnica del Ejército (Bitec-1), que hace parte de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército, CITEC.
En ‘Andrómeda’, señala la publicación, trabajaban incluso militares y ‘hackers’ civiles que habrían sido reclutados en ferias de tecnología como los ‘Campus Party’, a fin de recolectar información de correos electrónicos y conversación de Blackberry y Whatsapp.
Además de “chuzar” a los negociadores de paz, según el informe también se interceptaban las comunicaciones de líderes de izquierda como la exsenadora Piedad Córdoba y el representante a la Cámara, Iván Cepeda, que dijo en su cuenta en Twitter: “Es evidente que el ministro de defensa, Juan Carlos Pinzón, debe renunciar una vez que se ha conocido este escandaloso episodio de espionaje”.
Precisamente el ministro Pinzón pidió investigar las supuestas chuzadas, y el ministro del Interior, Aurelio Irragori, dijo que hay que esperar los resultados de las pesquisas.
El presidente del Congreso, Juan Fernando Cristo, dijo a Caracol Radio que la denuncia de Semana.com le parece de extrema gravedad, pues las chuzadas habrían empezado desde el inicio del proceso de paz, y “esto indicaría que lamentablemente aún no hemos podido superar esa práctica nefasta para la democracia de estar interceptando comunicaciones y haciendo espionaje”.
De acuerdo con la publicación, ‘Andrómeda’ funcionó con normalidad hasta que en octubre de 2013 se ordenó borrar rastros de la información recolectada.
Igualmente, se da cuenta de la existencia y posterior cierra de una sala de interceptaciones del Ejército Nacional conocido como la ‘Sala Gris’, cuyos equipos fueron trasladados al búnker de la Fiscalía, al parecer, luego de que se conocieran de las irregularidades que allí se habrían presentado.
De hecho, la publicación cita al Fiscal General Eduardo Montealegre: “Ante las versiones que empezamos a tener sobre irregularidades optamos por cortar por lo sano y desmontar y trasladar la ‘sala gris’ de inteligencia militar y traerla al búnker en donde hay posibilidades de tener mayores controles”.
De acuerdo con la publicación, también se decidió cerrar otras salas, incluidas dos que estarían funcionando en la sede del desaparecido DAS.
En abril del año pasado el expresidente Álvaro Uribe Vélez reveló en su cuenta en Twitter unas coordenadas secretas de despeje que indicaban el punto exacto desde donde una comisión del Gobierno sacaría del país a un jefe guerrillero. En ese momento el ministro de Defensa aseguró que se haría una pesquisa dentro del Ejército para saber quién había filtrado la información. De la investigación no se tienen resultados hasta el mundo.
Hace unos meses también se conocieron unas fotografías que mostraban a los jefes guerrilleros que están hace más de un año en Cuba, paseando en un velero, lo que generó diversos comentarios en las redes sociales.