Pero el paso que está dando Colombia llega un poco tarde. Mucho antes de que fuera evidente que la carrera de Estados Unidos por autoabastecerse erosionaría su demanda de petróleo importado, los líderes de Venezuela y Ecuador cerraron pactos con China para intercambiar crudo por créditos.
Para empeorar la situación, las mezclas de crudo de exportación de Colombia están diseñadas a la medida de la demanda estadounidense.
Buscar otros clientes significan cambios logísticos y que debería vender a precios más bajos.
La exportación de crudo colombiano a Estados Unidos cayó un 6,5 por ciento hasta noviembre del año pasado, según la Energy Information Administration (EIA), brazo estadístico del Departamento de Energía del país norteamericano.
Por primera vez en seis años, en el 2013 se registró una reducción en el envío de petróleo colombiano a su principal cliente.
Durante ese sexenio, Bogotá triplicó sus ventas hasta los 403.000 barriles por día (bpd) del 2012, dejando fuera de la pelea por Estados Unidos a rivales como Brasil y Ecuador.
“La demanda de crudos latinoamericanos en Estados Unidos ha declinado, al ser reemplazados por crudos más baratos de Canadá.
Pero los colombianos han perdido mercado más rápido debido a temas de calidad”, dijo un comerciante de petróleo.
Las petroleras que operan en Colombia suelen mezclar una buena porción de sus crudos con nafta para generar variedades como el Castilla o el Vasconia que han sido muy populares entre los refinadores estadounidenses.
Pero el auge del petróleo de esquisto en Norteamérica está reconfigurando la dieta de las refinerías, que ahora prefieren crudos pesados como los canadienses o el Maya de México -el marcador más importante para los crudos latinoamericanos- para mezclar con la creciente oferta local de ligeros y condensados.
“Los crudos tradicionales combinan mejor con los ligeros, que las mezclas”, dijo una fuente de una firma de refinación basada en Estados Unidos que pidió omitir su nombre.
Venezuela también produce grandes volúmenes de mezclas de crudo pesado con nafta para exportar, pero su filial en Estados Unidos, Citgo Petroleum, absorbe la mayoría.
Así que la estatal PDVSA no tiene que salir a ofrecerlos al mejor postor.
LOGÍSTICA Y POLÍTICA
Colombia atrajo inversión extranjera suficiente para elevar su extracción de crudo en la última década.
Pero el bombeo se está desacelerando, mientras la importación de derivados crece, afectando su balanza de pagos.
En medio del declive de los precios globales, los ingresos de Colombia por la exportación de petróleo a Estados Unidos cayeron el año pasado incluso en mayor proporción que los volúmenes vendidos.
El departamento de estadísticas colombiano registró una baja interanual del 14 por ciento hasta noviembre a 11.900 millones de dólares.
La nación andina logró compensar parcialmente esa caída con mayores ventas a Asia y Europa.
Los envíos a China subieron un 73 por ciento a 3.840 millones de dólares, a India más del doble a 2.710 millones y las exportaciones a Italia, Suiza y el Reino Unido también ascendieron en ese período.
Pero en medio de la feroz batalla entre productores por conquistar los mercados con demanda en alza, Colombia ha tenido que batallar para seguir en la competencia.
Un embarque de crudo pesado Castilla fue ofrecido a finales de enero a una refinería india para entrega en puerto local (FOB) a 14-16 dólares por barril por debajo del precio del Brent, aseguró un comerciante involucrado en la venta.
Aunque intermediarios dijeron que ese precio estuvo marcado por la volatilidad que hubo el mes pasado en los diferenciales, también pesaron los crecientes fletes y la insuficiente capacidad de almacenamiento de los crudos colombianos, lo que pudo haber restado entre 2 y 3 dólares por barril.
Sin embargo, subrayaron que los productores que ofrecen cargamentos de crudo colombiano en el mercado abierto no dan descuentos por destino.
“Este es realmente el crudo más barato (que India puede comprar) y está ampliamente disponible.
Colombia puede enviarlo en VLCCs (tanqueros de gran tamaño)”, dijo la fuente. La estatal colombiana Ecopetrol está mirando a India como un mercado estratégico, pero para competir allí tiene el reto de vencer a otros exportadores regionales que llegaron primero, como PDVSA.
“Ecopetrol ha venido diversificando sus mercados, incrementando la participación de los destinos asiáticos en sus exportaciones”, dijo Patricio Zuluaga, gerente de Comercio Internacional de Ecopetrol.
“Los precios pactados para todos los destinos corresponden a precios de mercado y no se hacen descuentos o se dan condiciones preferenciales a ningún refinador”, agregó. Mientras Ecopetrol busca negociar contratos de largo plazo con India, la canadiense Pacific Rubiales, el mayor operador petrolero privado en
Colombia, vende casi todo su crudo en el mercado abierto y sus ofertas han aumentado desde que compró a su rival Petrominerales el año pasado. Cuando Pacific y otros productores colombianos no logran colocar un cargamento en el mercado abierto, tienen la opción de utilizar el Caribe -alquilan tanques en Aruba y Bahamas- para almacenar su crudo y a partir de allí producir combustibles de menor valor como el bunker oil. Este combustible de uso marítimo es a menudo exportado luego a Singapur, la última opción para los productores de mezclas de crudo pesado en un mercado sobreabastecido. Pero el verdadero objetivo de Pacific Rubiales es Europa, continente en donde vendió un tercio de sus exportaciones el año pasado, frente al 9 por ciento que colocó en Asia.
La empresa espera incrementar sus despachos a los codiciados y exigentes destinos europeos. Pero seguramente allí también encontrará competencia, como la mexicana Pemex.
“No diría que la Cuenca Atlántica está saturada de crudo colombiano, pero hay una competencia excesiva con los crudos canadienses y con el ‘shale crude’. La tendencia es a no depender de los Estados Unidos”, dijo un ejecutivo de una firma que opera en Colombia.
Informacion Portafolio.co