El Gobierno de Nicolás Maduro estudia tres alternativas. Cualquiera de ellas aumentaría la ya elevada inflación.
Ante el progresivo deterioro económico, el Gobierno de Venezuela tendría que aplicar más temprano que tarde fórmulas para ajustar su sobrevaluado bolívar, medida que sería una espada de doble filo porque alentaría la inflación pero aliviaría el crónico desabastecimiento.
Los economistas pintan un panorama complicado para el país petrolero, con una inflación rozando el 70 por ciento al final del 2014 y una contracción de la economía de al menos un 2 por ciento, que servirá de antesala a unas cruciales elecciones parlamentarias en el 2015.
Fuentes del Gobierno no autorizadas para hacer declaraciones dijeron a Reuters que el Ejecutivo debate varios escenarios de ajuste que le brinden holgura fiscal sin sacrificar la popularidad del presidente Nicolás Maduro, que ya está en su peor nivel. Algunas de las alternativas que se estudian.
Eliminación del tipo de cambio más barato
El tipo de cambio de 6,3 bolívares, utilizado para las importaciones primordiales como alimentos y medicinas, sería sustituido por uno cercano a 11 bolívares por dólar, vigente actualmente para tasar las divisas subastadas a través del sistema Sicad 1. Esto representaría una devaluación de casi un 40 por ciento.
El efecto del traspaso del tipo de cambio a los precios pondría presión en la inflación, pero si la oferta de divisas mejora, la escasez, especialmente la de bienes básicos, disminuiría.
Las fuentes de Gobierno no pudieron ofrecer detalles sobre si bajo este esquema se suprimiría el actual sistema de subastas de divisas semanales.
Igualmente, se mantendría y ampliaría la venta de divisas al tipo de cambio que ronda los 50 bolívares de la plataforma del Sicad 2, donde según estimaciones de la firma privada Ecoanalítica se liquidan unos 44 millones de dólares diarios, un monto todavía pequeño para satisfacer las necesidades.
MANTENER UN SOLO TIPO DE CAMBIO OFICIAL
En este escenario, el Gobierno eliminaría los dos tipos de cambio inferiores (de 6,3 y de 11 bolívares/dólar), tasando sus vitales importaciones a casi 50 bolívares por dólar. El dólar paralelo se mantendría por encima del oficial pero con menos oscilaciones. Igualmente, el efecto de traslado de un tipo de cambio más caro impactaría los precios y el valor del dinero, pero el abastecimiento podría mejorar.
Además, si mejora la estrechez fiscal del país, se podría disminuir la impresión de billetes sin respaldo de moneda dura (moneda inorgánica) por parte del Banco Central para mantener a flote los proyectos del Gobierno, un factor que ha afectado los precios en el último año. Según las cifras del Banco Central, la inflación anual hasta marzo se ubicó cerca del 59 por ciento.
COMPRAR TIEMPO PARA EVITAR DESCONTENTO
El Gobierno socialista podría ganar tiempo aplicando una serie de ajustes económicos antes de devaluar la moneda, como incrementar el precio de la gasolina e implementar una anticipada reforma fiscal.
La gasolina venezolana es probablemente la más barata del mundo.
El litro cuesta unos 2 centavos de dólar. Según el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, el costo del subsidio a la gasolina en el 2013 fue de 12.562 millones de dólares.
Adicionalmente, funcionarios del Gobierno han adelantado desde hace un año que están trabajando en una anticipada reforma tributaria que amplíe la base imponible.
Informacion Portafolio.co