A pocos meses de cumplir los 20 años de creada, la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) adelanta, en Medellín, la segunda versión de la entrega de los Premios de Periodismo Gabriel García Márquez. Una oportunidad para compartir al mundo, desde esta ciudad, reflexiones en todas las direcciones posibles sobre un oficio apasionante y de enormes responsabilidades y vigencia.
Desde hoy y hasta el jueves, Medellín recibe a muchos de los mejores periodistas de Iberoamérica, para la entrega de los Premios Gabriel García Márquez. La no ficción, esa sed de verdad, es noticia.
Decía Gabo, con su calidez y agudeza acostumbradas, que “no es suficiente ser el mejor sino que se sepa”. Los premios de la FNPI representan un estímulo a quienes hoy cumplen la tarea de informar, a través de múltiples plataformas, fundados en las premisas de la calidad y la ética. Y qué bueno que esa gran reunión panamericana de colegas, y también de España y otros países, tenga a Medellín como el corazón de sus debates y afectos.
Además de la difusión mediática y de los visitantes llegados al encuentro, en una ciudad que se reinventa y que ha sido capaz de asimilar los dolores y las dificultades para cambiar su historia, los Premios le traen numerosas utilidades prácticas. Habrá talleres con grandes maestros del periodismo para 176 periodistas jóvenes de todo el mundo que se inscribieron previamente.
También se cumplirán coloquios y charlas en Plaza Mayor y en las principales universidades públicas y privadas. Con transmisiones en directo por el canal local y vía streaming (TV en internet), los habitantes de Medellín, los visitantes y las audiencias multiplataforma podrán ver y escuchar a Rubén Blades, Juan Villoro, Jon Lee Anderson, Joaquín Estefanía, Miguel Litín, Martín Caparrós, Javier Darío Restrepo, Josefina Licitra y Jean François Fogel, entre otros.
Serán tres días de festival para internarse en los viejos y nuevos misterios de un oficio que hoy se expande veloz e irreversible gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación. Aunque también hay gran incertidumbre sobre la evolución del periodismo, sus maneras de contar y de llegar a las audiencias, son notorios el influjo y la importancia que ha recobrado esta profesión en la consolidación de las democracias y de las ciudadanías modernas.
Al decir del maestro estadounidense Jon Lee Anderson, reportero en Afganistán e Irak y escritor de grandes perfiles, la no ficción (con lo que ella tiene de sed de verdad) ha recuperado un lugar dominante en las sociedades contemporáneas y en el consumo de conocimiento de la realidad e información de los hechos actuales.
La entrega de los Premios tendrá un capítulo aparte en cuanto al homenaje que se rendirá a Gabo, ese genio capaz de encontrar en los sucesos más cotidianos la profundidad de la condición humana, llena de novedades, de impredecibles sucesos y personajes. Se hablará de García Márquez y la música, de los secretos de su lenguaje y de sus aportes a expresiones artísticas tan polifacéticas como el cine.
En un país vertiginoso como el nuestro, pero también frente a realidades tan cambiantes como las de Latinoamérica y frente a los difusos acontecimientos mundiales en Europa y Asia, el buen periodismo es una obligación, una necesidad. Millones de personas requieren cada día noticias, reportajes y documentales de la mejor factura, y para mirar quiénes los hacen y cómo los hacen es que transcurren en Medellín los premios y las actividades de la FNPI.
Qué bueno que Medellín sea el eje, el escenario de una reunión que destaca a Gabo periodista y a quienes buscan honrar lo mejor de este oficio.
Informacion Elcolombiano.com