El presidente Juan Manuel Santos ha venido acostumbrando al país a presentar con bombos y platillos las grandes reformas que su gobierno decide poner a consideración del Congreso. Lo hizo al presentar la ley de víctimas, la fallida reforma a la salud, y hasta la ley para castigar a conductores ebrios, por mencionar algunas.
Sin embargo el pasado viernes su ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, en el más absoluto silencio y hermetismo, decidió radicar la controvertida reforma con la que el presidente Juan Manuel Santos quiere saldar la promesa que en campaña les hizo a los alcaldes y gobernadores: tener la posibilidad de reelegirse e igualar sus periodos constitucionales con los del presidente de la República.
Santos no lo pudo hacer en la reforma del equilibrio de poderes, con la que se pretende eliminar la reelección presidencial. Por eso anunció que presentaría un proyecto aparte para cumplir con esa promesa. Y además, de forma estratégica, decidió presentarlo en la Cámara de Representantes, ya que el Senado se encuentra bien ocupado con el equilibrio de poderes y con el nuevo tribunal que juzgará a los funcionarios aforados.
Precisamente, cuando el Senado aprobó la eliminación de la reelección presidencial, y mantuvo en cuatro años el periodo para cada mandatario, los alcaldes y gobernadores temieron que aquella promesa sería incumplida.
Pero no. El gobierno presentó la fórmula para igualar los periodos a partir del 2018, y no es otra que ofrecerles a los actuales mandatarios la reelección para un periodo solo de dos años.
La enmienda constitucional establece que para igualar los periodos, el próximo año se realizarán elecciones locales para escoger alcaldes y gobernadores para un periodo que iría del 2016 al 2018. Y para esas elecciones los actuales alcaldes y gobernadores podrían presentarse como candidatos.
La fórmula del gobierno, en la práctica, supondría un golpe al ajedrez político de las elecciones del próximo año. Ya que muchos candidatos que estaban dispuestos a presentar su nombre para ser elegidos para un periodo de cuatro años, probablemente se repensarían sus estrategias si la elección del 2015 es solo para un periodo de dos años. Y además, habilita a los actuales mandatarios a participar directamente en las elecciones.
Por ejemplo, en el caso de Bogotá, por estos días han empezado a calentar motores algunos candidatos como Francisco Santos (Centro Democrático), Rafael Pardo (Partido Liberal-Unidad Nacional), o la propia Clara López. Y se han presentado renuncias estratégicas al interior del gabinete de Gustavo Petro. Todas las estrategias que están despuntando cambiarían si en junio del año próximo el Congreso decide aprobar esta reforma.
Santos sabe que se juega uno de sus capitales políticos con este proyecto. Pero las mayorías parlamentarias, a la hora de modificar la estructura del poder en las regiones, podrían estar reacias. En todo caso, la posibilidad que los actuales alcaldes y gobernadores puedan reelegirse el próximo año no deja de ser un tema controvertido. El ministro Juan Fernando Cristo tendrá que batirse para convencer a los 102 senadores y los 166 representantes a la Cámara.
Informacion Msn.com