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Sanandresanos combaten diabetes con el bread fruit

Publicado el 13/11/14

Bogotá D. C., nov. 13 de 2014 – Agencia de Noticias UN- Conocido también como pan de fruta, este árbol tradicional de las islas tiene, además, múltiples usos alimenticios por parte de las comunidades raizales.

Este es uno de los ejemplos de los resultados hallados en la investigación realizada en la isla de San Andrés, con el propósito de recuperar el uso ancestral de las plantas medicinales para mitigar enfermedades de atención primaria en salud y enfermedades mórbidas como hipertensión arterial, diabetes y problemas respiratorios.

El profesor Petter David Lowy, del departamento de Biología y director del Instituto de Estudios del Pacífico, explicó que el trabajo se SANANDRESANOSbasó en una comprobación técnico científica y una metodología usada en Centroamérica denominada “Tramil”.

El pan de fruta, según el estudio académico, presenta principios activos que benefician la cura de la diabetes, contiene flavonoides (estructuras químicas o pigmentos de los vegetales con gran cantidad de antioxidantes) y en sus hojas demuestra una fuerte actividad citotóxica contra la leucemia.

Experimentos con ratas evidencian la disminución de los niveles de glucosa. También se conoce el alto uso de su savia en preparaciones medicinales, así pues, tradicionalmente se hierven sus hojas para consumirla en bebidas.

 El orégano, achiote, rabo de vaca, almendro, melón amargo, la guayaba y la salvia son otros ejemplos de las plantas medicinales existentes en el archipiélago de San Andrés que desde la tradición oral y la investigación científica han demostrado propiedades curativas.

El acceso que estas comunidades tienen a diferentes remedios caseros, sin necesidad de desplazamientos distantes en busca de atención médica en centros de salud, donde se generan demoras y mala atención, es otra ventaja que refleja la investigación, pues beneficia a las personas desde el ámbito socioeconómico.

Según el experto, conocer la importancia de estas plantas, su utilidad y potencial económico aporta a la valoración y conservación ambiental, a crear conciencia y cambios de actitud con respecto al cuidado de los recursos naturales.

 Con el método Tramil, según el profesor Lowy, “validamos la información etnofarmacológica y analizamos resultados de manera cuantitativa para determinar cuáles plantas tienen más propiedades curativas”, aseguró el docente. La información se obtuvo también gracias a las comunidades isleñas y a los raizales de La Loma y de San Luis, quienes compartieron sus tradiciones con respecto al tema, agregó.

Para el desarrollo de este trabajo fue importante la validación de las plantas como alternativa curativa que dan los profesionales de la salud y la comunidad en general a las terapias naturistas.

A raíz de estos resultados, se plantea un proyecto agroindustrial que incluya el cultivo, cosecha, procesamiento y comercialización de estas plantas medicinales, con la implementación de una pequeña industria.



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