Jueves, 17 de Abril del 2025
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La ‘virgen’ se le apareció a uno de los 10 mil becados

Publicado el 26/01/15

 

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La vida le sonríe a Édison Parra, un joven campesino de Ramiriquí (Boyacá) que obtuvo una de las 10.000 becas que el Ministerio de Educación les otorgó a los jóvenes ‘más pilos del país’, de escasos recursos económicos, para que estudien en universidades de alta calidad.

Su testimonio de superación hizo parte del especial periodístico que EL TIEMPO publicó el pasado 7 de diciembre, con una serie de historias de los jóvenes que se han beneficiado con esta iniciativa. (Lea también: Así reciben las universidades del país a los ‘10.000 más pilos’)

Édison, quien ganó una beca para estudiar arquitectura en la universidad Jorge Tadeo Lozano, despertó la solidaridad de muchísimos colombianos que se conmovieron por su historia de vida, que se podría resumir así:

Desde niño ha tenido que trabajar en los oficios del campo, es el menor de 11 hermanos, de los cuales, él es el único bachiller; su casa está en las montañas de Ramiriquí, donde vive –con muchas necesidades– con su madre de 66 años y una hermana enferma.

La casa, de piso de tierra, no cuenta con energía eléctrica pese a que en el patio hay un poste de la luz que nunca ha funcionado. Así que ha tenido que estudiar con la luz de una vela y con la linterna de un celular rudimentario. Eso, entre muchos sacrificios más, como tener que caminar 18 kilómetros para ir a estudiar a un colegio donde se convirtió en el egresado más ilustre.

Más de 100 personas escribieron a EL TIEMPO preguntando los datos de contacto de Édison, interesadas en darle la mano. Una de ellas es Diana Vargas Dávila, quien junto con su esposo lo invitó a almorzar, cuando llegó a Bogotá –hace un par de semanas– y después lo llevó de compras y lo dotó de buena ropa, “para que fuera bien vestido a la universidad”.

Leí la historia y me conmoví con el esfuerzo tan grande de este muchacho. Me confrontó mucho con las comodidades con las que viven mis hijos. Sentía que iba a estar muy solito y por eso quise ayudarlo”, comenta la mujer, y añade que su objetivo es no perderle el rastro y servirle en lo que más pueda.

Juan David López, gerente comercial de la firma ABC Plantas y Equipos –empresa que distribuye generadores de energía eléctrica–, es otro de los padrinos de Édison. Él, que trabaja precisamente en el sector de la energía, sabe lo que es vivir sin ese servicio tan básico, y por eso se conmovió tanto en su caso.

López lo invitó a la empresa para que compartiera su historia con los empleados y, de esta forma, poder ayudarlo. “Más que cualquier ayuda económica, le hemos abierto la puerta en nuestra empresa como un lugar donde tiene personas que se preocupan por él y quieren verlo brillar”, comenta López.

Allí, cuenta Édison, trabajará algunos días de la semana –cuando pueda y no interfiera con sus estudios– para ayudarse con los gastos. “Lo hemos ayudado a movilizarse explicándole un poco sobre los riesgos de la ciudad. Hemos tratado de ayudarlo a través de su hermana, para que consigan un lugar más amplio para vivir, para que tenga un espacio para estudiar”, añade López.

Édison llegó a vivir con su hermana Sandra en el sector del barrio Suba Rincón, en un hogar humilde, como toda su familia. Allí vive con su hermana, la hija y el esposo de ella. Se gasta una hora y media desde allí hasta la universidad.

“Me he sentido muy bien y contento. Los profesores y los compañeros han sido muy amables”, cuenta el joven. Aunque se ha sentido un poco estresado por el tráfico, el ruido de los carros y las motos, y por la sensación de inseguridad que se percibe en la zona donde vive. Sí, extraña las montañas y la tranquilidad del campo.

La contadora Ana Beatriz Velásquez es otra de sus ‘madrinas’. Lo ayudó con una donación económica con la que Édison pagará el servicio de internet en la casa de su hermana, donde no hay conexión.

Ana Beatriz, madre de dos hijos, estudió contaduría pública en las noches, con mucha dificultad. Por eso se conmovió con la historia de Édison. “Es impresionante el espíritu de lucha de este muchacho, y sus ganas de seguir adelante son un ejemplo para todos”, dice la mujer, quien además ha aconsejado al joven estudiante.

“Le he dicho que no pierda su humildad, su esencia, que luche por sus ideales y que ayude a su familia; que no se olvide de su origen y que siga pendiente de su mamá”. Édison se declara feliz, conmovido y agradecido con toda la solidaridad que ha despertado su historia. Y asegura que no defraudará ni a su familia ni a todos los que han creído en él.

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