Este jueves, cuando cerca de 400.000 motocicletas que circulan en Bogotá no puedan transitar durante el día sin carro y moto, la capital se unirá al grupo de ciudades colombianas que han tomado medidas de restricción a este medio de transporte, utilizado en el 20 por ciento de los hogares del país.
Solo hay excepciones en las usadas para hacer domicilios, mensajería o si son de uso de la Policía o de los organismos de atención de emergencias.
La capital, por primera vez, se unirá a la experiencia de Bucaramanga, Villavicencio o Cartagena, donde hay medidas como el día sin moto, el pico y placa e incluso la restricción de su circulación por áreas.
El incremento de casi el 50 por ciento en el número de motocicletas que circulan en las calles de Bogotá, entre los años 2011 y 2014 (de 274.745 unidades se pasó a 424.588), así como las 84 toneladas de material particulado (el 7 por ciento del total producido al año en la ciudad), son apenas algunas de las razones por las que este tipo vehículo también impacta gravemente la movilidad en Bogotá.
De hecho, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Ambiente, después de los camiones y los buses, las motos son las que más aportan a la contaminación de la ciudad con un agravante: en lugar de transportar varios pasajeros, solo pueden llevar entre uno y dos.
No obstante, agremiaciones como Asomocol y Motoclubes de Cundinamarca y Bogotá han liderado protestas esta semana para pedirle a la Administración que haga un día sin motos, aparte del Día sin carro, para validar esas cifras, pues a su juicio están tergiversadas y los estigmatiza.
A diferencia de las ciudades costeras e intermedias, donde la mayor problemática con las motos ha sido el mototaxismo; en el caso de Bogotá las altas tasas de accidentalidad son lo que más preocupa. A noviembre del 2014 habían fallecido 126 motociclistas, para un incremento del 34 por ciento, en comparación con el mismo periodo del 2013, cuando hubo 94 muertos.
Por esto, los motociclistas son los segundos más vulnerables, después de los peatones. En el país, ocupan el primer lugar.
“La jornada de este jueves es un primer llamado de atención a los motociclistas para que también se sensibilicen y luego se puedan hacer más controles”, asegura Néstor Sáenz, investigador del Programa de Investigación de Tránsito y Transporte de la Universidad Nacional.
A principios de noviembre del año pasado también se había conocido que el Distrito estudiaba las medidas de pico y placa para motocicletas o el cobro de peajes para el acceso a áreas determinadas. En el 2008, incluso, la restricción por días ya se había contemplado en el Concejo sin que la propuesta llegara a buen puerto.
Otras de las ideas que había contemplado la Secretaría de Movilidad era crear un impuesto a las motocicletas con el fin de financiar el transporte público en las ciudades más grandes del país, sin embargo, esta medida fue rechazada por el Gobierno y no se incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo, que se presenta el viernes en el Congreso.
“Bogotá apenas inicia con las medidas de restricción, que no necesariamente deben ser como las de otras ciudades, sino más específicas para sus necesidades y su realidad”, explica Néstor Sáenz.
Para él, podría comenzarse con acuerdos con los grupos de interés como la regulación y capacitación a mensajeros y repartidores de domicilios, para que se modifiquen algunas de sus condiciones laborales, como el pago por pedido entregado o la limitación de entregas en tiempos muy cortos que los obligan a zigzaguear y a conducir con exceso de velocidad.
Otra alternativa sería la prohibición de motos de alto cilindraje por las vías urbanas, causantes de contaminación por ruido, para que se utilicen modelos más automáticos.
El Distrito ya había intentado en el 2009 prohibir las de dos tiempos (con motor similar al de una guadañadora, según expertos), pues su motor emite más partículas contaminantes. Sin embargo, esa decisión se reversó en el 2012, durante la alcaldía de Gustavo Petro, al considerar que estos vehículos en realidad “no son tan contaminantes como se pensaba”.
Además, según el Comité de Ensambladoras de Motos Japonesas, Colombia se ha posicionado como el segundo país en América después de Brasil en producción y consumo de motocicletas. Además, al igual que el sudeste asiático, en el país se ha doblado el número de motos en los últimos cinco años.
Ante la polémica que ha suscitado esta nueva restricción y su impacto social, la Procuraduría General le solicitó a la Secretaría de Movilidad copia de los estudios que la llevaron a tomar esa decisión y la manera como esperan que la gente se movilice ese día.
Si tiene moto, tome en cuenta
Alrededor de 20.000 motos podrán salir a las calles si:
1. Están vinculadas a empresas de mensajería, domicilios o servicios públicos domiciliarios. Las motos y uniformes deben tener logos y/o distintivos.
2. Son de autoridades militares, Policía y entes de seguridad del Estado.
3. Son para la atención de emergencias y servicios de salud.
4. Transportan personas con alguna discapacidad.
5. Son para controlar el tráfico o para escolta con autorización de la Supervigilancia.
Cartagena, la más dura
En Cartagena, donde las motos son un medio de transporte común, existe el pico y placa según el número en que terminen, sean par o impar, además de los ‘viernes sin motos’, los segundos y últimos viernes del mes.
También hay restricción en el centro amurallado y el barrio Getsemaní, y se prohíbe su estacionamiento en edificaciones de uso público.
Sobre la experiencia de Montería, el investigador de la Universidad Nacional agregó que la capital podría reproducir el censo que se hizo antes de emitir las medidas de circulación, para tomar decisiones futuras basadas en sus resultados.
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