“En los años que tengo nunca vi un apoyo de toda la gente. Los niños eran inocentes, a ellos no tenía que pasarles esto”.
Así describió el hermano mayor de tres de los cuatro niños asesinados en Florencia la multitudinaria marcha en la que participaron este lunes unas 10.000 personas en la capital de Caquetá, en rechazo a esta masacre. (Vea las imágenes de la marcha)
La familia de las víctimas (de 4, 10, 14 y 17 años) no pudo salir a la marcha, porque las autoridades los tienen bajo protección y no les permiten salir por seguridad, pero siguieron por televisión la manifestación de solidaridad de los caqueteños.
Los días han sido eternos para la familia desde la noche de la tragedia, el pasado 5 de febrero. (Lea: Grupo especial investiga masacre de cuatro niños en Caquetá)
Ese día, los padres de tres de los menores y abuelos del otro viajaron al casco urbano de Florencia para matricular a los menores en el colegio y allí recibieron la llamada de un vecino, cuando ya se disponían a regresar a casa, que les informó sin rodeos: “Mataron a los niños”.
Después de ese suceso, permanecen unidos con los otros cinco hijos mayores y lo único que piden es justicia. “Ojalá capturen pronto a los asesinos y que paguen por lo que hicieron. Es que ya llevaba dos años de conocimiento por la Fiscalía y nadie hizo nada, ahora vea lo que pasó”, contó el hijo mayor de la familia. (Además: Medicina Legal da detalles del asesinato de los niños de Caquetá)
Las autoridades tienen información de que a la familia, que había emigrado de Milán –municipio de Caquetá– a la vereda El Cóndor, de Florencia, le habían pedido que desalojara su rancho, por lo que les habían hecho varios ataques y hasta les habían intentado quemar su casa.
Aunque las autoridades dicen que las investigaciones avanzan y que pronto habrá resultados, la madre de los niños habló este lunes telefónicamente con EL TIEMPO y se quejó porque sus denuncias no fueron escuchadas a tiempo. (Lea: ‘Daremos con responsables de masacre de niños en Caquetá’: Policía)
“Lo único que yo les digo es que cuando uno haga un reclamo sea válido, el día que uno vaya a una oficina, ante un fiscal, que no lo manden a callar, a sellar la boca, que atiendan la queja, para después no tener que lamentar, como lamenté y lamento yo la pérdida de mis hijos; se fueron sin ningún motivo”, dijo la madre de los menores.
La mujer señaló que ya no es capaz de ver noticias porque en todas le recuerdan más detalles de su tragedia. “Yo ya no veo noticias porque a mi corazón no le sirve eso”, añadió.
La mujer cuenta que ella trata de mantenerse fuerte. “No es que no esté conmovida, lo que pasa es que yo soy muy valiente, y soy valiente porque no les hago daño a los demás, y soy valiente ante Dios –agregó–. Toda la familia está muy dolida y yo, muy herida”.
La marcha
Mientras se esperan los resultados de la investigación, los habitantes de Florencia dieron este lunes una muestra de solidaridad con la familia de los niños. Vestidos de blanco, miles de personas caminaron lentamente desde el edificio de Los Espejos, desde las 9:00 a. m., con pancartas de rechazo por el crimen. No hubo gritos. Solo se escuchaban los rezos del Padre Nuestro y el Santo Rosario.
En la marcha participaron estudiantes de colegios y de universidades, trabajadores del comercio, empleados de oficinas, los bomberos y amas de casa. También asistieron artistas como Marbelle, Cony Camelo, Adriana Lucía y César López, el creador de la ‘escopetarra’, quienes unieron sus voces y cantaron.
Algunos niños cargaban inmensas pancartas con mensajes como: “Nosotros somos el futuro, respétenos”.
Maira Prieto, estudiante de veterinaria de la Universidad de la Amazonía, contó que no recuerda que en Florencia se volcara tanta gente por un hecho. “Fue un acontecimiento sin precedentes por algo que nunca debió ocurrir”, dijo la estudiante.
Más que una marcha blanca, como se denominó la protesta, fue una movilización del silencio. “¿Cómo explicar un acto como el que ocurrió aquí?”, se preguntó Maira.
Muchas madres salieron a las calles conmovidas por la tragedia, como Dora Vargas, un ama de casa que sabe el dolor que sienten los padres y por eso salió a marchar. “Tenemos que ser más tolerantes y proteger a los niños”, sentenció.
Mientras tanto, el sacerdote Gerardo Hincapié veía cómo las miles de personas llegaban a la plaza San Francisco. Él, desde la catedral Nuestra Señora de Lourdes, oraba por las familias, pues considera que estas manifestaciones “unen a las personas por un dolor y despiertan el interés en la paz; es un llamado a la esperanza”.
El sacerdote Hincapié también exigió justicia y pide que el acto criminal no quede oculto. Como todos los presentes en la marcha, lanzó un mensaje de fortaleza a los familiares de las víctimas. Les dijo: “Perdónanos como también perdonamos a los que nos ofenden”.
‘No a la violencia’
En la plaza, la manifestación siguió los rezos del padre Carlos Cubillos y se escuchó el sonido de las campanas de la catedral. A la marcha se unieron las instituciones públicas, que tuvieron permiso para dejar sus actividades y participar en el homenaje póstumo a los menores.
Lorena Ortiz, estudiante de grado décimo, cargaba en sus manos un cartel con el mensaje ‘No a la violencia’ y que se abría paso entre los globos blancos y las banderas que ondeaban por las cerca de 30 cuadras del recorrido.
Entre las peticiones que surgieron durante la marcha, que terminó pasadas las 11:00 a. m., está el deseo de que no se repitan estos lamentables acontecimientos. Por eso, las pancartas que resaltaban entre los caqueteños decían: ‘Queremos paz’, ‘Que se haga justicia, capturen a los culpables’, ‘No más muertes en Florencia, no más muertes en Caquetá’.
Al menos 16 casos de despojo de tierras se han dado en Caquetá
Un total de 16 posibles casos de despojo de tierras en Caquetá documentó la Superintendencia de Notariado y Registro en su más reciente informe sobre la inscripción de predios rurales en ese departamento.
De acuerdo con el estudio, se detectaron varias tipologías en el registro de tierras en el Caquetá, las cuales van desde acumulación de baldíos irregularmente, hasta compras a precios muy inferiores a los registrados en anteriores adquisiciones.
Fuentes de esa entidad explicaron que en varias compras de tierra se observaron elementos que hacen pensar que podría haber despojo de tierras, por lo cual la información se traslada a las autoridades correspondientes.
Entre estos indicios se encuentran, por ejemplo, casos en los cuales se presenta un mismo apoderado representando al comprador y al vendedor, o cuando el precio que se está pagando por la tierra es inferior al que se ha pagado en negocios anteriores.
El tema de los baldíos también ocupó la atención de la Superintendencia de Notariado y Registro en esta revisión que hizo en el Caquetá.
En la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de San Vicente del Caguán, por ejemplo, se encontraron seis casos en los cuales se adjudicaron terrenos considerados baldíos a personas que ya eran propietarias de otros predios.
En términos de restitución de tierras, la unidad encargada de ello no ha comenzado a trabajar en el Caquetá debido a que el Ministerio de Defensa aún avanza en el fortalecimiento de la seguridad en esa parte del país.
Esto significa que todavía no hay registros sólidos sobre demandas para restituir tierras ni procesos para hacerlo.
Así va la investigación
Las denuncias por acoso y amenazas que la familia de los cuatro menores asesinados en zona rural de Florencia (Caquetá) interpuso ante las autoridades, y que en su momento no avanzaron, se convirtieron en documentos claves en la investigación para llegar a los responsables del crimen que generó la indignación nacional.
Jairo Vanegas, el padre de las víctimas, señaló en dos oportunidades, marzo de 2013 y diciembre de 2014, a dos personas como supuestos responsables del hostigamiento que su familia sufría y que incluyó el intento de incendiar su vivienda a finales del año pasado.
Las denuncias fueron interpuestas en la sede de la Fiscalía en Florencia, pero solo después de la tragedia se emitieron órdenes de trabajo a policía judicial para verificar los hechos allí narrados.
Como parte de la investigación, ya se individualizó a las personas que aparecen señaladas por los denunciantes. En el expediente están además tres querellas en las que la familia Vanegas se queja de las mismas personas. Esas querellas terminaron siendo conciliadas ante un inspector de policía local, ante quien se firmaron actas de acuerdo y no agresión.
Fuentes de la Fiscalía dicen que habitantes de la zona intentaron desviar el caso con información falsa. Se investiga si los autores materiales de la masacre tienen nexos con grupos de delincuencia común que operan en esa región del Caquetá.
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