Domingo, 20 de Abril del 2025
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Las esperanzas que le quedan al paracaidista condenado en Catar

Publicado el 05/03/15

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“Soy una colombiana fiel a mis hijos y siempre los eduqué para que se sintieran orgullosos de donde vienen. Pero el día que necesito a Colombia, el país me da la espalda”.

Con esta frase, Magdalena Alzate, de 74 años y madre de Juan Pablo Iragorri, el colombiano condenado a cadena perpetua en Catar desde el año 2012, expresa su indignación.

Juan Pablo, quien cumplió 40 años el pasado 17 de febrero, estudió Administración de Empresas en la Universidad de Buckingham (Inglaterra) y es un reconocido paracaidista del país. Esa pasión por tomar riesgos lo llevó a certificarse en 1999 como entrenador de instructores con la máxima certificación otorgada por la Asociación de Paracaidistas de Estados Unidos (USPA).

Sus amigos y familiares lo describen como una persona andariega, muy generosa y arriesgada. Su hermano, Mauricio Iragorri, admite que Juan Pablo “estudió una carrera más por presión de nuestra madre porque lo suyo era el paracaidismo y gracias a eso entrenó fuerzas armadas de Venezuela, Chile y Túnez”.

La detención, juicio y condena están descritos en una carta enviada el 14 de febrero del año pasado por la oficina del alto comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas al Gobierno de Catar.

En ella se cuenta que el colombiano fue detenido durante la madrugada del 30 de junio de 2011 por “policías vestidos de civil” y que fue llevado al Hotel Sheraton de Doha, donde “fue obligado a arrodillarse frente a un cargamento de cocaína mientras fue fotografiado”.

Además relata que las autoridades “lo forzaron a firmar documentos en árabe a pesar de que Juan Pablo no conoce este idioma y fue golpeado contra las paredes en repetidas ocasiones bajo amenaza de muerte de no cooperar”.

Fuente: El Tiempo

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