Pese a que el consumo de té aumentó en los últimos cinco años, el café no ha podido ser destronado y, a medida que así como su competidor gana seguidores, no se deja alcanzar.
Tanto es así que, en la actualidad, el tamaño del mercado en toneladas de café que se distribuye en el país a través del canal retail (supermercados y tiendas) es 82 veces más alto que el del té. Pasó de 60.478 toneladas en 2009, a 69.034 en 2014, mientras que la del té era de 647 toneladas hace 5 años y pasó a 844.
Estas son algunas de las revelaciones de la nueva versión del estudio de la firma Euromonitor, sobre el mercado y las preferencias de los consumidores de estas bebidas calientes en Latinoamérica.
En la medición se sigue conservando la tendencia según la cual la mayor parte de los países del continente se inclinan por el tinto, pero Chile y Bolivia se salen del común y prefieren aprovechar las propiedades saludables que cada vez más le endilgan al té, principalmente el negro (dentro de las variedades de té, este tiene el 70 por ciento del consumo en Latinoamérica).
Menos de una taza por persona
El estudio de Euromonitor se realizó en 13 países del continente, entre los cuales Colombia ocupa el cuarto lugar de los de mayor número de tazas por habitante (349,2 en el 2014).
Esto daría un promedio inferior a una taza por día, con la salvedad de que la medición per cápita se hace con base en toda la población, incluyendo niños, adolescentes y adultos mayores, muchos de los cuales no consumen café.
Por delante de nuestro país están Brasil (780 tazas por habitante), Costa Rica (535,4) y República Dominicana (391,7). Este comportamiento confirma que “los países cafeteros tienen al té como un producto premium, utilizado en general por consumidores de nicho y de altos ingresos”, sostiene Andrés Musalem, analista de investigación de Euromonitor.
En el caso del té, si se dividiera el consumo total entre todos los habitantes, cada uno se tomaría 10,4 tazas al año, frente a 8,6 tazas per cápita en 2009.
Otra de las cifras del Estudio permite establecer que el mercado del café al detal, es decir, tanto el que se expende en supermercados como en cafeterías, movió en el 2014 la no despreciable suma de 1,9 billones de pesos, es decir, casi el equivalente a lo que se estimó en un comienzo (2010) como cuantía necesaria para construir la Ruta del Sol, que unirá con doble calzada a Bogotá y el Caribe.
El mercado de ambas bebidas crece
El crecimiento de este mercado en el último quinquenio es del 44,9 por ciento, pues en el 2009 las ventas eran de 1,3 billones de pesos.
En el caso del té, pese a ser un mercado mucho más pequeño, su incremento en los últimos cinco años es del 66,4 por ciento, pues en 2009 movía 73.000 millones de pesos y en el 2014 subió a 122.000 millones.
Para que las cajas registradoras de los sitios en los que se vende café y té se muevan a ese ritmo, cada colombiano tuvo que destinar 39.403 pesos por persona en el 2014, en el caso del café; y solo 2.429 pesos cada uno para degustar el té en el año anterior.
Aunque en Colombia se utilizan otras bebidas calientes, como chocolate, avena y otros productos similares, el café tiene la preferencia del 74 por ciento y el té el 2 por ciento. El restante 24 por ciento lo absorben las demás bebidas.
“Si tomamos en cuenta únicamente el mercado de café y el de té, y excluimos el mercado de otras bebidas calientes, el consumo se comporta de la siguiente manera: 97 por ciento para el café y 3 por ciento para el té”, explica Musalem.
Cabe destacar que esta cifra en América Latina es del 62 por ciento, pero si se mira por países, en algunos casos las proporciones son abrumadoras. Según el estudio de Euromonitor, “el consumo de café en Ecuador es del 97 por ciento y el 3 por ciento restante se lo reparten las demás bebidas calientes; en Brasil es de 99 por ciento; en Costa Rica, del 97 por ciento, y en México, del 93 por ciento.
En países como Estados Unidos, la relación de consumo entre café y té difiere de la de los países de América Latina: se consume tres veces más café (75 por ciento) que té (25 por ciento).
¿Los usuarios son selectivos?
Mucho se habla de la calidad del café que consumen los colombianos. Algunos productores de cafés excelsos reclaman que, en su mayoría, este tipo de producto se exporta, pues se estima que en el país no tendría público debido a su alto costo.
Según el estudio de Euromonitor, el 68 por ciento de las tazas de café que se consumen son de tipo fresco (en grano o molido), segmento en el que caben las variedades de alta calidad. Entre tanto, el 32 por ciento del consumo corresponde a café instantáneo.
Marcas como Café Sello Rojo, Nescafé, Colcafé, Águila Roja y Lukafé, en su orden, ocupan los primeros lugares en preferencia. Entre tanto, por el lado del té, las marcas más acogidas son el Hindú, el Jaibel, Orquídea, Stash y Lipton.
Para los colombianos es más placentero degustar el café en casa u oficina pues, según el estudio, en un 90 por ciento se compra para llevar y preparar y el 10 por ciento restante se disfruta en un local.