El escándalo en la sede de la compañÃa francesa, ubicada cerca del aeropuerto de ParÃs-Roissy, se originó tras fracasar las negociaciones con los pilotos, que rechazaron el aumento en sus horas de vuelo.
En el marco de un llamamiento a la huelga de varios sindicatos, cientos de empleados irrumpieron el lunes por la mañana en la casa matriz de la firma europea e interrumpieron el Comité de Empresa en el que la dirección anunciaba su plan a los representantes del personal.
Los manifestantes reclamaron la renuncia del presidente del grupo Air France/KLM, Alexandre de Juniac, y de la máxima autoridad de la compañÃa francesa, Frédéric Gagey. Este último debió abandonar la reunión en forma precipitada, según representantes del personal.
La dirección de Air France denunció “violencia fÃsica”, y además anunció su intención de presentar una demanda judicial. De acuerdo con la versión de un delegado sindical, el director de recursos humanos, Xavier Broseta, estuvo cerca de “ser linchado”.
El primer ministro, Manuel Valls, condenó esos actos desde Japón, donde realiza una visita, declarándose “escandalizado por las violencias inaceptables” de los entre 1.000 y 2.000 manifestantes. El premier manifestó su “apoyo a la dirección de Air France” y a los directivos “agredidos fÃsicamente”.