Con la promesa de hacer el mejor sistema de transporte del mundo en desarrollo y el anuncio de que se construirán nuevas vías de acceso a la ciudad financiadas con peajes, Enrique Peñalosa Londoño asumió su segundo mandato como alcalde de Bogotá.
Quince años después de haber dejado el cargo, con la huella del primer sistema masivo de transporte moderno que tuvo la ciudad hasta el siglo XX, Peñalosa se comprometió con la construcción de la primera línea del metro, duplicar el número de troncales de TransMilenio y elevar al 10 por ciento el porcentaje de personas que se mueven en bicicleta.
Aseguró que aprovechará los mecanismos y proyectos de infraestructura que han impulsado el vicepresidente de la República, Germán Vargas, y la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), “para llevar a cabo grandes proyectos viales que necesita nuestra ciudad”, pero anticipó que tendrá que hacerse con peajes, porque no piensa reducir los recursos de salud y educación en favor de la movilidad.
Para lograrlo, el alcalde de Bogotá ya cuenta con el respaldo del Gobierno Nacional y espera trabajar en equipo con los concejales, los ediles y las organizaciones sociales. Durante su discurso de posesión, contó que ha tenido reuniones fructíferas y productivas con el presidente de la República, Juan Manuel Santos, algunos de sus ministros y altos funcionario de varias entidades.
Una de sus prioridades será tramitar ante el Concejo de Bogotá la creación de la Secretaría de Seguridad, con el propósito de emprender un fortalecimiento técnico de la institucionalidad de la ciudad para la seguridad. “Vamos a trabajar por una ciudad segura, en la que sea posible vivir sin miedo y que atraiga inversionistas y turistas”, dijo.
En su discurso mostró su preocupación porque “el número de empleados y contratistas de la ciudad “se ha multiplicado desenfrenadamente, sin preocupación por la eficiencia”, y aseveró que “será necesario hacer una labor sin precedentes para reducir los gastos no estrictamente indispensables en todas las entidades” con el propósito de lograr que cada peso de impuestos y tarifas que pagan los contribuyentes con esfuerzo produzca resultados que mejoren efectivamente la vida de los ciudadanos.
Peñalosa les pidió a los bogotanos tener paciencia y no esperar milagros, pues el acumulado de problemas es grande, pero afirmó que él y su equipo están preparados para enfrentar los retos y superar las adversidades. “Lo que sí puedo decirles es que para transformar nuestra ciudad tenemos el equipo, el conocimiento, la capacidad de trabajo y la pasión por servir”.
Recordó que una de las tareas históricas que tendrá su gobierno será tramitar ante el Concejo de Bogotá el nuevo plan de ordenamiento territorial (POT) para la ciudad, y por eso cuidará que el diseño urbano se haga en función de la felicidad de los habitantes.
Dijo que el suyo será un gobierno para todos, sin exclusiones y teniendo como prioridad a las poblaciones vulnerables, entre las que mencionó a los niños, los jóvenes, las personas en condición de discapacidad y los animales, que también prometió defender.
En su administración trabajará para enfrentar el embarazo adolescente, porque quiere que Bogotá sea una ciudad “en la que nuestras niñas prefieran esperar a los 25 años para tener su primer hijo, porque antes van a querer estudiar, hacer deporte o arte, o trabajar”. También aseguró que espera convertir a Bogotá en una ciudad “sin matonería, en la que haya una definición distinta de la masculinidad, y los jóvenes no se involucren en riñas tratando de probar a sus compañeros y a sí mismos una hombría mal entendida”.
Para el nuevo alcalde, “lo primero que tenemos que hacer es recuperar nuestra autoestima: nuestra capacidad de soñar y nuestra confianza en que podemos convertir nuestros sueños en una mejor realidad”.