VivÃa en una casa en un barrio de invasión en El Tunal, sur de Bogotá, pero se movÃa en camionetas Audi y BMW. Mensualmente recibÃa al menos 500 millones de pesos en ganancias por la venta de celulares inteligentes robados en Bogotá, MedellÃn y otras ciudades del paÃs. (Además:Identificación de celulares cerrarÃa cerco a los hurtos)
Esos datos aparecen en el perfil criminal del llamado capo del tráfico de celulares hurtados que la DijÃn acaba de capturar. Se trata de Mauricio Ricardo González Escobar, quien, de acuerdo con la PolicÃa, en Sanandresito de San José era conocido como el jefe de la banda ‘los Gorilas’.
Su captura, en medio de la ofensiva contra el hurto de celulares, develó la existencia de una temida oficina de cobros en ese sector comercial de la ciudad.
En los audios revelados en la audiencia ante un juez de Paloquemao se escucha cómo González Escobar, alias el Gorila, amenaza por teléfono a comerciantes para obligarlos a pagar deudas. También, cómo coordina una golpiza por 500.000 pesos.
En otra conversación, alias el Gorila cuenta que por recuperar unos diamantes en Cali recibió 20 millones de pesos. El hallazgo puso a la DijÃn tras esta oficina de cobros que contarÃa con al menos 50 hombres y que tendrÃa tentáculos en varias ciudades. (Lea también: Sepa si su celular es uno de los 7.000 recuperados por la PolicÃa)
Investigadores de la DijÃn establecieron que la banda, que se habÃa enquistado en Sanandresito San José, utilizaba carnés de la SijÃn de la PolicÃa, los cuales mandaba a hacer para cada uno de los miembros de la red. “Simulaban allanamientos para ingresar a edificios y asà hacer los cobros de mercancÃa a las vÃctimas“, señala un oficial que lideró la investigación.
La ruta del tráfico
El alias de este hombre, de 35 años y oriundo de Mariquita (Tolima), aparecÃa en los expedientes desde el 2013, cuando la DijÃn capturó a una red dedicada a mover celulares a Ecuador.
En la investigación se estableció que conductores de buses hablaban del ‘Gorila’ como el dueño del negocio y capaz de mover equipos desde Bogotá hasta Argentina.
Seguimientos y decenas de interceptaciones permitieron, de acuerdo con las autoridades, identificar a González Escobar como el ‘Gorila’. En su expediente aparece que en los últimos dos años, al menos 4.000 celulares hurtados en Bogotá, MedellÃn, Cali e Ibagué terminaron en los mercados de Ecuador, Perú y Argentina.
Para eso, dice al PolicÃa, habrÃa diseñado rutas y contratado conductores de transporte público y a intermediarios que movÃan los aparatos en caletas en los vehÃculos. “Las rutas más frecuentes eran Bogotá, Quito y Lima, y MedellÃn, Bogotá, Cali, Quito y Lima”, se lee en un documento conocido por este diario. En esas rutas la PolicÃa le incautó a la red 2.000 teléfonos hurtados.
Señala también que ‘los Gorilas’ habÃan construido una estructura que en su base contaba con hombres encargados de recibir los equipos hurtados. “No cualquier persona podÃa llegar a ofrecer teléfonos en Sanandresito. Otorgaban una especie de pase a los ladrones, a los que les compraban un iPhone o un Samsung Galaxy en 150.000 pesos”, dice uno de los investigadores.
Explica que el aval a los ladrones era un método de seguridad para evitar los controles de las autoridades. La DijÃn dice que la red controlaba los precios de los aparatos, por lo que comerciantes debÃan someterse a la tarifa impuesta por ‘el Gorila’, quien es señalado de ser el dueño de cinco locales, de los cuales tres están en proceso de extinción luego de que la PolicÃa incautara allà teléfonos reportados como hurtados.
La otra fase de la estructura estaba conformada por los modificadores de IMEI (la identidad del teléfono). A estos, dice la DijÃn, ‘el Gorila’ les pagaba 50.000 pesos por alterar el número de los teléfonos para que pudieran entrar en funcionamiento. “Se detectaron registros de IMEI repetidos, por lo que ahora se trabaja en que los operadores puedan detectar esos IMEI duplicados”, señala un oficial de la DijÃn.
Una vez con el IMEI alterado, la red vendÃa los ‘smartphones’ en Sanandresito y en la Calle 13 en 600.000 y 800.000 pesos.
El precio aumentaba si debÃa “ponerlos” en el mercado fuera del paÃs. En Quito o Guayaquil (Ecuador) y en Lima (Perú) el valor ascendÃa a 1’500.000, y en Argentina alcanzaba hasta los 2’500.000 pesos. “Argentina se convirtió en destino de celulares hurtados porque las medidas de arancel aplicadas a la importación de tecnologÃa”, explica un experto.
AsÃ, las autoridades calculan que cada mes alias el Gorila obtenÃa ganancias de hasta 500 millones de pesos, sumado a lo que la oficina de cobro recibÃa por las amenazas e intimidaciones.
Tras la pista de otros dos ‘zares’
La investigación que permitió a la PolicÃa la captura de alias el Gorila puso en evidencia a otros dos capos del tráfico de celulares hurtados. De acuerdo con la DijÃn, uno se mueve en Sanandresito de San José y el otro en el de la 38.
El general Jorge RodrÃguez Peralta, director de la DijÃn, dice que además de atacar las bandas dedicadas al hurto, se han concentrado en identificar a los encargados de traficar y comercializar los equipos. Cifras oficiales dan cuenta de que este año los operadores han conocido 140.148 reportes de pérdida o hurto de celulares, y las autoridades han recibido 2.033 denuncias.
La PolicÃa además está tras la pista de las mafias que se mueven en estos núcleos comerciales, donde, según la DijÃn, hay redes dedicadas no solo al lavado de activos, sino del tráfico de armas.
A principios de este mes, la DijÃn incautó en Sanandresito de la 38 cerca de 20 fusiles M-4 –fabricados en los Estados Unidos–, 20 proveedores, un cañón de repuestos y abundante material de intendencia.
En su momento, la PolicÃa señaló que el arsenal estaba oculto en cajas de cartón, las mismas en las que vienen empacados los televisores importados.
Y hace un año fueron capturados una veintena de hombres señalados de pertenecer a la banda ‘los Rudos’, una red de sicarios al servicio de la banda criminal ‘clan Úsuga’ y que también tenÃa como centro de operaciones a Sanandresito de la 38.
Otro de los focos de investigación de la PolicÃa para atacar el delito de hurto de celulares es identificar los puntos donde la venta de estos equipos ha mutado.
Investigadores dicen que los controles en los Sanandresitos y la calle 13, centro de Bogotá, llevaron a que las mafias ubicaran locales con fachada de centros técnicos en las principales vÃas de las localidades de Kennedy, Rafael Uribe Uribe, Fontibón, Suba e incluso en el municipio de Soacha. En esos locales se estarÃan comercializando equipos hurtados no solo en Bogotá, sino en otras ciudades y que llegan al mercado negro de la capital.
ELTIEMPO.COM