Sábado, 23 de Noviembre del 2024
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La noche en que 45.000 personas sacaron la lengua con Rolling Stones

Publicado el 11/03/16

“Se siente bien estar aquí… Se siente bien estar en cualquier parte”, celebró en broma Keith Richards al hablarle al público bogotano. Una forma de celebrar que sigue vivo, y que los Rolling Stones siguen ahí, en ese mundo que crearon de su propio rock and roll.

El concierto de la emblemática banda británica que se apoderó de la tarima dispuesta en el estadio El Campín, con un listado de sus mejores éxitos, en una cita que sus fanáticos colombianos habían soñado durante 50 años.  (Vea también: Juanes y el aguardiente hicieron parte del espectáculo de los Stones)

Una mezcla de niños, jóvenes, treintañeros y hasta sesentones acudieron al encuentro y en el ambiente se respiraba ansiedad, mientras en los camerinos esperaban Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts.

Segundos antes de que la banda saltara al escenario, las pantallas proyectaron un video con un mapa que reunía en un solo collage decenas de instantes de la historia de los Stones, pasando por cada una de sus carátulas y después se ubicaba en el mapa a Bogotá.

Luego de arrancar con Jumpin’ Jack Flash (inusual forma de comenzar con respecto al resto de la gira, solo lo hicieron así en otro concierto), Mick Jagger saludó al público y enseguida la banda prosiguió con otro clásico infaltable: It’s Only Rock n’ Roll. Después vinieron unas palabras inesperadas: “Hola, Bogotá; hola, Colombia; hola, rolos”, pronunció en español el cantante antes de Tumbling Dice.

Desde la medianoche del miércoles, el grupo les pidió a sus fanáticos votar por una canción entre cuatro opciones, como la elegida para ser exclusiva de los colombianos. Su solicitud se fue sorpresivamente por un panorama muy especializado, contando así con que el público bogotano conociera todas sus canciones: estaban cuatro exponentes de su lado más country, como Sweet Virginia, Let It Bleed, Far Away Eyes y Dead Flowers.

Esta última canción fue la elegida por votación, y, para tocarla, Jagger tomó la guitarra acústica.

Luego vino la gran sorpresa: el cantante colombiano Juanes se les unió para tocar Beast of Burden en guitarra y voz, lo que puso a vibrar de la emoción al público.

Después vino Honky Tonk Women y, en una pausa, Jagger aprovechó para narrar que la agrupación visitó el emblemático Museo de Botero. “Comimos obleas, nos bajamos un aguardiente y nos dio guayabo, luego nos llevó un carro de policía al hotel”, contó, en un español muy practicado. (Vea también: Especial Multimedia Rolling Stones, una satisfacción que tomó 50 años)

Luego, Richards tomó la guitarra acústica y el micrófono para cantar You Got the Silver, junto a Wood, y el concierto cobró otra dimensión.

Antes de comenzar Paint It Black, Jagger bromeó con el público, expresando: “La banda aporta a la economía de su país: Ronnie toma a diario ocho tazas de café colombiano”, y todos en El Campín rieron.

Pero la energía se elevó luego de ver a Jagger bailando. Sus movimientos se volvían con cada canción más exorbitantes y sorprendentes, como si la edad no fuera limitante.

Llegó entonces el turno de los solos, y Ron Wood se lució de forma impresionante en Midnight Rambler y Miss You, y Jagger seguía bailando.

Por algunos momentos, Richards se alejaba de las notas en la forma usual de las canciones tan conocidas por el público, lo que de alguna forma le agregaba un halo melancólico al concierto de una banda con un promedio de edades de 71 años.

Además, desfilaron canciones como Wild horses, Before They Make Me Run, Gimme Shelter, Sympathy for the Devil, Start Me Up y Brown Sugar, que trajeron todo lo mejor de la era brillante de la banda en los 60 y 70. (Lea también: La sorpresa de cumpleaños que este fanático de los Stones no olvidará)

EL TIEMPO

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