La primera parte de la misión ExoMars 2016, lanzada este lunes, envió su primera señal a la Tierra, confirmando que la nave desplegó sus paneles solares y se dirige rumbo al planeta rojo según lo previsto.
La señal fue recibida por la antena de italiana Malindi, en Kenia, y rebotada al Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) de Darmstadt (Alemania) a las 21.29 GMT, es decir, 12 horas después de su lanzamiento desde el cosmódromo ruso de Baikonur (Kazajistán) a bordo de un cohete Protón-M, informó Roscosmos desde el Centro de Control de Operaciones Espaciales de Koroliov, al norte de Moscú.
“Llegar hasta aquí ha sido un largo camino. Tenemos la sensación de que es un sueño hecho realidad (…). Pero es solo el principio. Nos queda mucho camino por delante para comprender Marte”, dijo el director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA, Álvaro Giménez.
Una vez establecido contacto con la nave, las operaciones de vuelo quedarán a cargo de la ESA, que intentará precisar la trayectoria de la cápsula espacial a través de los datos de radiometría recogidos por su estación de Maspalomas (España).
A partir de entonces, será la red de antenas del espacio profundo de la ESA, Estrack, la que monitorice las telecomunicaciones de ExoMars 2016, a través de sus estaciones de Malargüe (Argentina) y New Norcia (Australia).
La nave, en estado de hibernación para ahorrar energía, emprenderá entonces un viaje de unos siete meses a Marte, donde se espera que llegue el próximo octubre. Al aproximarse a la atmósfera marciana el módulo superior de la nave, el satélite Trace Gas Orbiter (TGO), expulsará la sonda Schiaparelli, un pequeño laboratorio científico de 600 kilos de peso que descenderá hacia el planeta rojo y reducirá su velocidad de 21.000 a 7 kilómetros por hora.
Schiaparelli se posará en Meridiani Planum, una región que contiene una antigua capa de hematita, hierro y óxido, que en la Tierra aparecen casi siempre asociadas a zonas que contienen agua líquida, elemento esencial para el origen de la vida tal y como la conocemos.