Domingo, 20 de Abril del 2025 
Fuera del país se encontrarían collares, pectorales, cerámicas y vasijas de barro que tendrían más de 500 años de antigüedad y que, al parecer, habrían sido extraídas de un cementerio indígena en El Peñón (Santander) donde se encuentran los restos óseos de 30 personas que habrían pertenecido a una tribu prehispánica.
Así lo reveló el antropólogo Nelson Cabrera, miembro del Grupo de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), quien en compañía de algunos habitantes de la región llegó hasta la fría cueva situada en la vereda Ojo de Agua, a 2.300 metros de altura sobre el nivel del mar y en límites con Boyacá.
Al lugar, del que las autoridades no tenían conocimiento, se accede a través de una formación rocosa con más de 100 metros de profundidad y pendientes que oscilan entre los 45 y 75 grados, según el antropólogo.
“La cueva, que por sus condiciones podría ser un cementerio indígena único en América, fue saqueada y solo quedan los restos de 30 personas, entre hombres, mujeres y niños, y fragmentos partidos de cerámicas. Campesinos del sector dicen que han llegado extranjeros para, supuestamente, comprar las piezas arqueológicas y no reportar sus salidas de la región”, asegura Cabrera.
A pesar de que el hallazgo no ha sido oficializado ante el Instituto Colombiano de Antropología –entidad que autoriza la extracción de piezas y restos– en la cueva no queda ninguna prueba que ayude a identificar la tribu a la que pertenecían los indígenas.
Las osamentas podrían corresponder a las tribus carare, opón, guane, muisca y yariguíes que habitaron la apartada región situada a 262 kilómetros al suroccidente de Bucaramanga.
“Para un estudio de lo que ocurrió allí hay que contratar a antropólogos forenses y biológicos, arqueólogos y geólogos porque los restos óseos están siendo recubiertos por estalactitas y estalacmitas. Necesitamos investigación arqueológica para realizar prueba genéticas, de ADN y de Carbono 14, para determinar la edad y tribu del hallazgo”, agregó Cabrera.
Pueblo sin recursos
Francisco Jesús Cruz, alcalde de El Peñón, dijo que el municipio no cuenta con los recursos para garantizar la preservación y vigilancia de la cueva y mucho menos financiar la investigación que se requiere.
El funcionario, que maneja un presupuesto de 5.200 millones de pesos para 4.460 habitantes, dijo que acudirá a la Gobernación de Santander y al Ministerio de Cultura para solicitar la financiación del costoso proyecto.
Según el alcalde, la cueva sería el segundo hallazgo arqueológico en su municipio, pues en la zona conocida como El Danubio hay una cueva conocida como Las Escobillas, de la que, al parecer, campesinos han sacado valiosas piezas arqueológicas sin reportar el hecho a las autoridades.
“En una vereda conocida como El Ventilador, en límites con Cimitarra; hay tres casas en las que tienen varias piezas de adorno, evidenciando el desconocimiento que hay en la zona por el valor de las piezas arqueológicas”, indicó Cruz.
La cueva en El Peñón sería el segundo gran hallazgo prehispánico en Santander después de la caverna que en noviembre del 2009 ubicó en La Mesa de los Santos el investigador Alejandro Navas.
Allí, los indígenas guanes habrían depositado el cuerpo del cacique Guanentá, quien en la época de la Conquista se suicidó lanzándose en su caballo a un vacío del cañón del Chicamocha antes de ser apresado por los españoles.
La formación natural había sido hallada en el año 2004 por campesinos y guaqueros que, al parecer, habrían robado piezas precolombinas que acompañaban los restos óseos de más de 30 indígenas en una cueva que tiene 25 metros de largo y está compuesta por cuatro cámaras.
