Miercoles, 18 de Diciembre del 2024
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Gran Crisis en el Muelle de Buenaventura

Publicado el 24/05/16

El muelle turístico de Buenaventura, fundado en 1998, tiene hoy más huecos y jorobas en su tablado que una calle de la periferia de la ciudad.

De ser el único flotante en Colombia y promocionado como la puerta hacia la biodiversidad, hoy opera en un 50 por ciento y el capitán de Puerto tomó una medida que tiene divididos a usuarios y transportadores marítimos.

El capitán de navío, Óscar Enrique Mantilla, notificó a las empresas de transporte marítimo que queda prohibido a las embarcaciones que navegan hacia Gorgona, zona costanera y Malpelo, amarrarse del muelle ante las deficiencias estructurales que presenta.

Según el funcionario de la Dirección Marítima, tras una inspección al interior y profundidad del embarcadero turístico, se encontró que su estado no permite el amarre de embarcaciones mayores de 25 toneladas.

El muelle de 240 metros de largo y cinco de ancho en madera, con barandas en aluminio y un rampa ecualizable para permitir su uso aún en los cambios de marea, contaba con siete muelles para embarcaciones menores y una para barcos. Hoy, operan solo tres alas de embarque y la capitanía cerró la del barco.

Para hacer uso del muelle, los turistas pagan un derecho de 4.500 pesos y los nativos 1.500 al Instituto para la Investigación y la Preservación del Patrimonio Cultural y Natural del Valle del Cauca (Inciva), que lo administra.

Los recaudos se consignan directamente a la oficina en Cali, de donde destinan para los gastos administrativos de personal y servicios públicos.

“Estamos esperando que se acaben de producir los análisis de la situación que ya se ha estudiado y que se tome una pronta decisión para resolver los inconvenientes”, dijo el administrador Carlos Alberto Rodríguez.

No a barcos de turismo

No obstante, de la medida quienes se han visto perjudicado son los buzos y turistas nacionales y extranjeros que cada semana o cada quince días llegan para tomar las motonaves ‘María Patricia’ o al ‘Sea Wolf’, las únicas que cubren los destinos de alta mar.

“No es bien visto y es de mal gusto que la puerta de entrada o de zarpe de uno de los mejores destinos de buceo de Colombia y el mundo se vea perjudicado por la situación del muelle turístico”, dijo Jesús Antonio Plata,instructor de más de 20 años que ha preferido este destino al Caribe.

Los buzos afirman que además de los encantos que tiene conocer la isla y el embrujo de que haya sido prisión es su inigualable variedad, cantidad y tamaño de la flora y fauna marina.

“Esta incomodidad de tener que hacer trasbordos con equipajes para embarcar o zarpar con los riesgos que tiene para los niños, mayores de edad y las mujeres, es un hecho insólito. No sé a quién se le ocurrió esta idea pero veo que este muelle está ocupado por un poco de lanchas y esas grandes que dicen pilotos que todos los días deben hacerle más daño que un barco que arrima un rato cada semana para recogernos o dejarnos”, dijo Miguel López Rojas, que en plan turista llegaba de Gorgona junto a su esposa y su hijo.

Algunos de los transportadores de lanchas turísticas, que reservaron sus nombres, dicen que la medida también los puede afectar a ellos y que de hecho las condiciones para operar las salidas y llegadas son muy limitadas con tan solo tres alas de las ocho que había en buen estado.

“Las vallas de protección atravesadas en la rotonda y las ventas ambulantes, también afectan la operación aquí. Nosotros sacamos nuestras lanchas allá y las fondeamos, pero las de pilotos mantienen día y noche amarradas en ese muelle”, dijo uno de los despachadores que a diario vive las dificultades por el espacio reducido.

En dos de sus alas donde deberían amarrarse las embarcaciones para abordar o descender los pasajeros que vienen a disfrutar de las playas de La Bocana, Pianguita, Juanchaco, Ladrilleros, Bahía Málaga y La Sierpe están flotando amarradas a dos embarcaciones de transporte, lejos de su muelle flotante.

Según el manual de mantenimiento debería hacerse el ajuste y revisión de tornillos, amarres y limpieza submarina de los flotantes, cada tres meses y el piso lavarse con agua a presión, cada mes.

La estructura del embarcadero se deterioró con el paso del tiempo sin que este cuidado resultara efectivo y no se ha hecho la reposición de la madera desgastada por los más de 15 mil turistas que en cada una de las tres temporadas altas pasan por su tablado, y más de 100 diarios que viven en las playas, a lo que se suma el tránsito de 250 trabajadores del muelle de Aguadulce que diariamente toman lanchas para su trabajo al frente el muelle flotante.

También las casi 40 personas que se embarcan en la motonave María Patricia, única que regularmente navega con buzos y turistas a Gorgona y Malpelo, cada ocho o quince días y para la cual se contempló un muelle largo fuera de la rotonda.

En medio de la polémica, los turistas y usuarios del muelle flotante piden celeridad en su recuperación antes de que llegue la temporada vacacional, las fiestas patronales y la temporada de las ballenas jorobadas.

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