No haberle podido ganar a Perú en las dos últimas Copas América, las de Argentina 2011 y Chile 2015, debería ser una voz de alerta para la selección de Colombia. Sobre todo porque hoy el nivel futbolístico del equipo que dirige Ricardo Gareca está lejos del que ha mostrado en la eliminatoria al Mundial de Rusia 2018, en la que ocupa la octava posición, con apenas cuatro puntos, producto de una victoria, un empate y cuatro derrotas, con seis goles a favor y 12 en contra.
En efecto, la selección inca en la Copa América ha sido otra cosa. Pareciera que los dos terceros lugares en las ediciones anteriores les inyectaran espíritu ganador a los jugadores.
Se estrenaron con una victoria 1-0 sobre Jamaica, con gol de Paolo Guerrero. Empataron después contra el complicado Ecuador, en un juego que iban ganando 2-0 a los 20 minutos. Y el domingo dieron la que es por ahora la gran sorpresa del torneo al derrotar a Brasil, con un polémico gol con la mano de Raúl Ruidíaz.
Gareca
Esta selección peruana se aleja un poco de lo que han sido tradicionalmente los combinados incas. Desde marzo de 2015, cuando Ricardo Gareca asumió la dirección técnica, el equipo ha mostrado progresos en la parte táctica e incluso en la preparación física, generalmente una falencia de los futbolistas de ese país.
De ellos es prueba el volante Óscar Vilchez, fundamental en la recuperación de pelota y en la generación de fútbol: “Estamos listos para jugar más de 90 minutos si es necesario. Este grupo está dispuesto a todo para dejar en alto el nombre de nuestro país. El profe nos ha hecho entender que para cumplir con lo que él nos exige es importante estar siempre al ciento por ciento, y tratamos de cumplirle”.
La columna vertebral del Perú modelo 2016 tiene como base un arquero joven, pero con buena experiencia, como Pedro Gallese, de 26 años. Buen atajador, aún es inseguro en el juego aéreo, pero como conoce esa limitación, no se arriesga a salir en las pelotas de costado. Contra Brasil demostró sus cualidades de felino.
En la defensa está el veterano Alberto Rodríguez, un central de 32 años que jugó durante casi una década en el fútbol portugués y ahora lo hace en Sporting Cristal. Aunque sus compañeros le dicen Mudo, es quien organiza la zaga y mantiene concentrados a los volantes de marca.
Más adelante juega Cristian Cuevas, un habilidoso volante y delantero que cuando está enchufado es una pesadilla para los rivales. Por momentos se va del partido, pero su capacidad de desequilibro es innegable.
Y el gran referente en ataque se llama Paolo Guerrero, delantero del Flamengo brasileño y goleador histórico con la camiseta de la franja cruzada. Ha marcado 27 veces en 70 partidos, juega su cuarta Copa América y fue máximo artillero de las dos ediciones anteriores.
Orden y solidaridad
El Perú de Gareca es menos lírico de lo que sus hinchas quisieran, pero mucho más responsable y solidario. El orden defensivo es su principal virtud. Presiona en su mitad, casi siempre con dos líneas de cuatro, e incluso hace el 4-1-4-1, con Vilchez por delante de los defensas. A diferencia de otras selecciones peruanas, en esta todos los jugadores corren, marcan y son solidarios, requisito indispensable para aparecer en las convocatorias. Seguramente contra Colombia saldrá a jugar con ese módulo, con el que pretenden primero mantener el cero en su arco.
En ataque apuesta por las rápidas salidas en contragolpe de Cuevas y Andy Polo, exjugador de Millonarios, así como la potencia de Guerrero.
En la Copa de Argentina 2011, Perú venció 2-0 a Colombia en cuartos de final, en Córdoba, con goles de Carlos Lobatón y Juan Vargas, en tiempo suplementario. En ese partido, Falcao García falló un penalti. Y en la primera ronda de Chile 2015, el duelo con los incas quedó 0-0, en Temuco.
El más reciente enfrentamiento fue en la primera fecha de la eliminatoria a Rusia, cuando el equipo de José Pékerman ganó 2-0 en Barranquilla, con goles de Teo Gutiérrez y Edwin Cardona.