Sam Allardyce fue nombrado como el nuevo técnico de la selección de Inglaterra después de la actuación del equipo bajo la dirección de Roy Hodgson en la reciente Eurocopa que se realizó en Francia. La Asociación de Futbol de Inglaterra informó que Allardyce firmó un contrato por dos años después de concretar su salida del club Sunderland de la Liga Premier.
El estratega se mostró honrado con la FA tras ser confirmado como nuevo seleccionador. “No es un secreto es un puesto que siempre he querido”, dijo el entrenador, quien además afirmó que este es el mejor trabajo en el fútbol inglés. “Haré todo lo posible para que Inglaterra vuelva a tener el éxito que este país se merece”.
Con Allardyce Inglaterra mantiene la fidelidad a las fuentes. El Sunderland promedió la campaña pasada un 40 % de posesión y una cuarta parte de sus pases fueron en largo, fue además uno de los equipos que mejor rendimiento extrajo en las acciones a balón parado y centros al área. Es la carta de presentación de un entrenador acostumbrado a sobrevivir, incluso en lo personal porque ha logrado dar continuidad a una carrera que se puso en peligro hace ahora diez años cuando un reportaje de un programa de la BBC expuso que había recibido comisiones ilegales a cambio de fichar a determinados futbolistas mientras dirigía al Bolton.
Nunca llegó a acusársele formalmente de cometer delito alguno. Ahora su llegada al puesto más ansiado por un entrenador inglés suscita una mezcla de recelo y esperanza, pero también el apoyo de la profesión. “Nunca tuvo la oportunidad al más alto nivel, pero tiene mucha experiencia”, resuelve José Mourinho. “Es el hombre adecuado, tiene capacidad y conocimiento”, apunta sir Alex Ferguson.
Llega Allardyce, el modesto futbolista al que apodaban Super Sam Bionicporque semejaba indestructible al choque, el entrenador acostumbrado a los recursos limitados que hace poco más de un año clamó ante la invasión de técnicos extranjeros en la Premier y sostuvo que ninguno de ellos era más “sofisticado” que él. “Nunca me he quedado quieto y por eso no he dejado de trabajar”, apunta el tipo al que un día le preguntaron si los equipos de fútbol podían tener alma y respondió: “Hay científicos que dicen que como el espíritu no se puede medir no existe. Pues, ¡cojones!, en el fútbol sí que existe”.