Víctor Marulanda es un hombre que conoce bien el ADN de Nacional: a los 16 años llegó al club como un joven soñador con pantaloneta y guayos; ahora, con 45 años, sigue con los mismos sueños, pero no detrás de una pelota sino con una mirada más global. El exfutbolista es el gerente de Gestión y Desarrollo de los verdes, al servicio de los cuales ha estado 28 años de su vida, en distintos cargos. Y habló con EL TIEMPO sobre cómo es el club, convertido en la empresa más grande del fútbol colombiano.
¿Para cuándo estaba pensado ganar la Copa Libertadores?
Dentro del plan estratégico deportivo que se tenía desde hacía un par de años, después de haber sido protagonistas del fútbol suramericano en los últimos tres años. Al comienzo del 2016, cuando recibimos a los jugadores; las primeras palabras del cuerpo técnico fueron darles la bienvenida al Mundial de Clubes, con eso queríamos explicarles que el sueño nuestro era ser campeones de la Libertadores.
¿Cuál es un pilar del plan estratégico?
Entre los objetivos que se tienen en el plan estratégico está siempre estar participando en copas internacionales. Recuerdo que en junio del año pasado la apuesta mayúscula con la llegada de Reinaldo (Rueda) era ser campeones de Colombia y luego ganar la Superliga para ir a los dos torneos internacionales, y entre diciembre y enero los dos objetivos se lograron.
¿Qué tan ambicioso es el plan estratégico?
Para todos estos años hay un deseo de que el equipo crezca todos los días como marca; tenemos un trabajo que va en dirección a todo a lo que se aspira. Queremos una mayor infraestructura, que lo estamos logrando; vamos a tener un centro de alto rendimiento de primer nivel y único en Colombia. Estamos mirando el tema de capacitaciones en la parte formativa de nuestros entrenadores; y lógicamente, trabajándole duro a un modelo de juego. Todo esto tiene que ver con el plan estratégico, y estamos buscando que nuestro equipo sea conocido no solo en Suramérica, sino que sea protagonista; y ahora esperamos dar la escala internacional mayúscula, con la participación en el Mundial de Clubes.
Antes se decía que Nacional no proyectaba a los jugadores de divisiones menores, ¿qué cambio hubo?
Hay una mezcla que se viene desarrollando, porque no solamente han llegado jugadores que hemos traído del mercado local e internacional, sino que una gran base del equipo de los jugadores más solicitados a nivel internacional han sido formados en el club, y nos deja satisfechos. Eso se da con el apoyo del cuerpo técnico, de la comisión técnica. Ahora tenemos unos jugadores que vienen saliendo en una buena dimensión, con un nivel competitivo muy importante; y eso se da por la comunión que hay en todas las categorías, y eso al final nos da que tenemos jugadores que vienen alimentando el proyecto deportivo.
¿Cuál es la estrategia para que esa teoría se cumpla?
Todos tienen niveles de indicadores de gestiones en las divisiones menores. En el plan formativo y competitivo hemos establecido una cantidad mínima para el primer equipo en procesos de dos años, con proyectos 95-96, 93-94, por ejemplo; esos planes son elaborados a dos años, y queremos que no solo sea la parte cualitativa, sino cuantitativa, con una cantidad mínima.
¿Cuál es el mínimo de juveniles que esperan ascender por temporada?
Tenemos un mínimo de dos a tres jugadores que deben llegar a un nivel superlativo; si no son chicos de selecciones Colombia, están en proceso de selecciones departamentales. Eses es un indicador para el primer equipo. Como el jugador Carlos Cuesta, que es un zaguero de 17 años y en dos años será de primer nivel. Así manejamos los indicadores de gestión, que terminan siendo de resultados.
¿Cómo les ha ido con los convenios con otros equipos?
Ahora tenemos un convenio con Leones, no tenemos el alcance que había con Alianza Petrolera, que casi era un manejo directo, casi hasta cómo jugar y qué jugadores; lo direccionábamos desde Nacional, pero hubo inconveniente cuando ascendió, y había conflicto de intereses y se toma la decisión de hacer una separación, y buscamos un equipo aliado, ese fue Leones, y tenemos 10 jugadores que compiten; eso nos ayuda como plataforma para que nuestros chicos sigan compitiendo y regresen con una gran cantidad de partidos.
¿En qué momento hubo ese cambio en Nacional?
Eso fue un proceso que demoró algunos años. Con la llegada de la Organización Ardila Lülle, yo era jugador y por una lesión me retiré, y empecé a ver unos cambios desde el gobierno corporativo. Comienzo en la gerencia deportiva, y se empiezan a notar algunos cambios. Unos tuvieron resistencia en algunos futbolistas porque ya se tenían que organizar como cualquier empresa, con salarios y su respectivo tema impositivo, y eso generó resistencia, pero con el tiempo ha sido un beneficio absoluto; y el apoyo que hemos recibido de la Organización, no solo en lo económico, que ha sido fundamental porque ellos nunca esperan retorno, eso nos ha ayudado para el crecimiento y nosotros hemos venido entendiendo que somos una empresa con certificación de calidad, y eso ayuda a convertirlo en una empresa con un producto diferente y un buen factor humano.
¿En qué está trabajando ahora el equipo?
Tenemos que seguir creciendo en alguna directrices que manda Fifa para el desarrollo del producto fútbol: temas de infraestructura, en los que tenemos una sede que cumple con estándares de calidad perfectos; estamos llegando a tener un centro de alto rendimiento que tiene que ver con la preparación física, y tenemos otros proyectos que tienen que ver con la certificación en la parte médica en nuestro club. También estamos hablando, en un futuro, de otros escenarios; no es solo pensar que tenemos una gran sede deportiva, sino en estadio.
¿Cuál es su concepto del estadio propio?
Debemos tener un estadio más que donde se juegue cada que diga el calendario, sino un sitio de entretenimiento adonde puedan llegar las familias, un sitio emblemático del club, con un centro comercial, con mall de comidas, cine; eso lo tienen grandes equipos del mundo; a nivel personal, veo muy importante que un club como el nuestro lo tenga presente.