El premio podría ser compartido por el presidente colombiano Juan Manuel Santos y el líder de las FARC Timochenko -el nombre de guerra de Rodrigo Londoño- después de que ambos firmaron el 26 de setiembre un acuerdo para terminar una guerra que dejó más de 250.000 muertos.
“El acuerdo (…) es uno de los candidatos al premio de la paz más obvios que he visto”, afirmó Asle Sveen, un historiador que sigue los premios. Aún así, dijo que podría depender de la aprobación del acuerdo en el referéndum del domingo.
Sería el primer premio para América Latina después de que la activista por los derechos humanos guatemalteca Rigoberta Menchú lo ganara en 1992.
Otros candidatos para el premio de 8 millones de coronas suecas (934.000 dólares) son Svetlana Gannushkina, una defensora rusa de los derechos humanos y los refugiados; los Cascos Blancos de Siria, un grupo civil que busca rescatar a víctimas de ataques aéreos; o habitantes algunas islas griegas que han ayudado a refugiados sirios.
También aspiran al galardón los negociadores de un acuerdo sobre el programa nuclear de Irán y el ex espía estadounidense Edward Snowden, quien filtró detalles de un programa de vigilancia de Estados Unidos.
Kristian Berg Harpviken, director del Peace Research Institute, en Oslo, coloca a Gannushkina como su favorita -y Colombia en segundo lugar- con el argumento de que un premio de este tipo sería una reprimenda retrasada al presidente Vladimir Putin.
Un premio a Colombia regresaría el galardón a las tradiciones de acuerdos de paz negociados por individuos. El comité del Nobel de cinco miembros también podría verse influenciado por el hecho de que Noruega ayudó a alcanzar el pacto.
Fuente: Reuters