Con la instalación de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo de Paz (Csivi) se dio a luz a la primera instancia que se deriva de lo pactado en La Habana. La Csivi tiene como objetivo acompañar el proceso de implementación del Acuerdo y dirimir los conflictos que se puedan presentar en la medida en que avance la materialización del mismo.
Tal y como lo explicó el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, la comisión tendrá los ojos puestos en tres “carriles” de implementación: el cese bilateral del fuego y la dejación de armas, el ámbito normativo que requiere la puesta en marcha de los acuerdos, y la materialización local de las instancias territoriales que propone el texto del fin del conflicto.
Para esto se acordó que la comisión estaría integrada por tres delegados de las Farc y tres del Gobierno. Por parte de la guerrilla, los designados son Iván Márquez, Victoria Sandino y Jesús Santrich, mientras que por parte del Ejecutivo están Sergio Jaramillo; el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y el ministro para el posconflicto, Rafael Pardo. Según lo establecido en el Acuerdo Final, la comisión tendrá una duración de hasta 10 años, teniendo como primer período de funcionamiento hasta enero de 2019. Cumplido el plazo, las partes deberán evaluar si es necesario prorrogar su operación.
También tendrá un plazo de cuatro meses para elaborar el denominado Plan Macro para la implementación, que contendrá “el conjunto de propósitos y objetivos, metas y prioridades e indicadores, las recomendaciones de política y medidas necesarias para la implementación de todos los acuerdos, así como su priorización y secuencia —cronograma— e instituciones responsables.
El Plan Marco contendrá las distintas fuentes de financiación y las instituciones responsables de la implementación según corresponda”. Tendrá también una vigencia de 10 años y su primera fase de implementación prioritaria irá hasta el 20 de mayo de 2019. Cada año, el Plan será revisado para realizar los ajustes que sean necesarios durante su puesta en marcha.
El Acuerdo también determina que la comisión tendrá interlocución permanente con la instancia especial que se creará para hacer seguimiento del enfoque y garantía de los derechos de las mujeres en la implementación, que estará integrada por representantes de seis organizaciones de mujeres colombianas, así como con el denominado capítulo étnico, que consigna todo el enfoque diferencial para los pueblos afrocolombianos e indígenas.
“Las estadísticas muestran que el 50 % de los procesos de paz fracasan después de la firma del Acuerdo. El reto más importante está hacia adelante. Nosotros no duramos cuatro años y medio negociando en La Habana para incumplir la palabra. Por eso, en los primeros 180 días contaremos con el acompañamiento de los países garantes (Cuba y Noruega), y también tendremos que articularnos con otras instancias, por ejemplo, invitando organizaciones de la sociedad civil o expertos para recibir opiniones. Por eso reitero el interés del Gobierno de hacer un gran pacto nacional para la implementación de los acuerdos, en el que participen diversos movimientos, organizaciones y, por supuesto, los sectores del No”, explicó Jaramillo.
Por su parte, el jefe negociador de las Farc, Iván Márquez, en su primera rueda de prensa conjunta con el Gobierno en Colombia, hizo énfasis en que ahora se inicia la etapa más difícil del proceso de paz, “la de sentar las bases para la construcción de la paz, sustentada en los cambios a favor de las mayorías que se prolongue en los tiempos venideros”.
Márquez también señaló que ha llegado la “hora de materializar lo pactado” y puntualizó que eso implica que se abre una “zona de turbulencias y dificultades”, pues, según el jefe guerrillero, “contra ese propósito conspiran el egoísmo y la ausencia de humanidad de ciertos corazones”, refiriéndose a los sectores de “privilegiados que no quieren que Colombia cambie”.
El jefe de la delegación de paz de las Farc concluyó: “Vivimos un momento de definiciones, en el que podremos constatar si la palabra empeñada era simple demagogia o retórica engañosa frente a la determinación inobjetable de las Farc de tomar la senda de la política abierta, en democracia. El establecimiento tendrá que demostrar si va a cumplir con lo pactado en La Habana”.
Y finalizó su discurso diciendo que los guerrilleros ya se mueven de los puntos de preagrupamiento y han empezado a destruir material de guerra, por lo que esperan gestos de reciprocidad, como que se presenten muy pronto las primera excarcelaciones de la organización que están presos y se lleve al Congreso la ley de amnistía e indulto.
Al respecto, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, detalló que el próximo lunes se llevará al Legislativo dicho proyecto de ley, además del acto legislativo que integra la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) al ordenamiento constitucional del país, para que sea tenido en cuenta como marco de referencia y empezar así la formulación de las medidas legislativas que le darán forma al tribunal, a la comisión de la verdad y a todas las instancias que crea el Acuerdo Final de Paz. Como quien dice, la mesa de diálogos de La Habana ha cerrado sus puertas en Cuba y abrió su sede en Colombia, donde tendrá mucho trabajo por hacer.