Este lunes, se cumplió el quinto día de desalojo en Nueva Jerusalén, sector del barrio París, en el municipio de Bello. Debido a los enfrentamientos entre la comunidad y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), 42 personas de la comunidad civil resultaron heridas.
Una de las personas heridas sufrió amputación de los dedos de la mano izquierda al explotarle una papa bomba en la mano, según informó César Augusto Arango, director de la Oficina Asesora de Gestión del Riesgo de Bello.
Por otro lado, 48 niños fueron trasladados a un albergue provisional, y siete personas, cuatro adultos y tres menores de edad fueron capturados durante las operaciones de desalojo del día de ayer. Además, se logró la demolición de cuatro viviendas.
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El lunes, el Esmad llegó al sector desde las 8:00 a. m., según dijo Humberto Tobón, coordinador de la Mesa de Derechos Humanos del Valle de Aburrá, quien además señaló que se están incumpliendo las pautas que estableció la sentencia que ordenó el desalojo de este sector.
Las 175 familias que están siendo desalojadas están asentadas en predios de la finca El Cortado, una zona de alto riesgo, según estudios de la corporación ambiental Corantioquia y el Departamento Administrativo del Sistema de Prevención, Atención y Recuperación de Desastres (Dapard).
“Esto hay que deternerlo, aquí hay una crisis humanitaria enorme y una violación de los derechos humanos”, expresó Tobón.
La Alcaldía de Bello informó que los disturbios del lunes se dieron a raíz de “información malintencionada y continua que personas externas y con intereses ajenos al proceso entregan a las familias caracterizadas”.
El viernes se habría llevado a cabo una reunión entre representantes de la comunidad y la Alcaldía para discutir sobre los subsidios de arrendamiento que se les brindará a las familias desalojadas.
Sin embargo, el acta surgida de esa reunión nunca fue devuelta a la Administración luego de que voceros de las familias la analizarán, por lo que quedó sin validez y se siguió con el procedimiento inicial de intervención de la zona comenzado el 12 de enero de 2017.
Desde el sábado se cortó la comunicación entre la Alcaldía de Bello y los habitantes del sector, según el director de la Oficina Asesora de Gestión del Riesgo de Bello.