Al menos dos ciudadanos iraquíes han sido detenidos en el aeropuerto neoyorquino de Kennedy tras la entrada en vigor de la orden ejecutiva de Donald Trump que prohíbe la entrada en Estados Unidos a refugiados sirios e inmigrantes de siete naciones de mayoría musulmana. La aplicación inmediata de este decreto ha creado un limbo legal para aquellos que se encontraban volando o aterrizando en aeropuertos estadounidenses en el momento de ser aprobada. Los dos ciudadanos iraquíes, cuya situación reveló este sábado el diario The New York Times, contaban con peticiones de asilo ya aprobadas, son sus primeras víctimas.
“Se trata de dos personas que cuentan con todos los papeles necesarios y con permiso, en gran parte, por el trabajo que han realizado para Estados Unidos”, asegura a EL PAÍS, Nicholas Espíritu, uno de los abogados que han presentado la demanda en su nombre. “A cambio, lo que han encontrado al llegar aquí ha sido su detención”. Espíritu explica que su organización, el Centro Nacional de Leyes de Inmigración, demanda a un juez federal que impida al gobierno de Donald Trump que les obligue a regresar a su país.
El decreto de Trump bloquea las admisiones de todos los refugiados durante los próximos cuatro meses, así como la entrada de inmigrantes de siete países de mayoría musulmana durante 90 días. Las naciones afectadas son Irak, Siria, Sudán, Irán, Libia, Somalia y Yemen. El Times informa de que dos iraquíes —uno de ellos había trabajado durante más de una década para Estados Unidos en su país y el otro viajaba para reunirse con su esposa— cuya petición de asilo había sido aprobada antes de que Trump tomara posesión del cargo, están detenidos en el aeropuerto de Nueva York.
Estas dos primeras víctimas del veto a los refugiados han contado con el apoyo de una coalición de organizaciones por los derechos civiles y de la comunidad musulmana en EE UU que, según Espíritu, adelantaba esta situación desde hace mucho tiempo. “Queremos que un juez federal escuche por qué creemos que se está violando la ley de inmigración y la Constitución”, afirma el abogado. Espíritu añade que los dos refugiados iraquíes han podido hablar con sus familiares pero no con los abogados que les representan.
Varias compañías aéreas también se han negado a dejar embarcar a iraníes con visados americanos. Una estudiante iraní de California con billete para regresar a EE UU el 4 de febrero ha recibido la notificación de que acaba de ser cancelado, según la agencia AFP. “He hablado con mi universidad y estaban sorprendidos”, declaró la estudiante. “Me tienen que enviar una carta para que pueda intentar volar desde Europa”. Qatar Airways ha alertado a los pasajeros que tengan billetes para volar desde los países vetados que solo podrán embarcar si cuentan con un visado diplomático —de un gobierno extranjero o de organizaciones internacionales como Naciones Unidas— o un permiso de residencia.
Un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional ha asegurado a Reuters, sin embargo, que ese permiso de residencia, conocido popularmente como Green Card, no será válido si los inmigrantes proceden de uno de los siete países vetados.
El veto de Trump a los inmigrantes de países de mayoría musulmana causó una gran polémica cuando lo propuso, por primera vez, tras los atentados en París en noviembre de 2015. Entonces, el ahora vicepresidente Mike Pence publicó en Twitter que “la petición de prohibir la entrada a los musulmanes es inofensiva y anticonstitucional”. Los principales líderes republicanos no han mostrado ningún rechazo a la firma del decreto este viernes.
Se desconoce cuántos afectados hay en todo el país. Siete personas más —seis ciudadanos de Irak y otro de Yemen— no pudieron embarcar su vuelo en El Cairo con destino a Nueva York, informa Reuters. La medida puede afectar asimismo a miles de personas con residencia legal en EE UU y que se encontraban de vacaciones o desplazados en sus países de origen. Según un documento interno de Google obtenido por Bloomberg News, más de 100 de sus empleados pueden verse afectados por el decreto.
“Nos preocupa el impacto de esta orden y de cualquier propuesta que pueda imponer restricciones a nuestros trabajadores y sus familias, o que pueda crear barreras para traer talento a EE UU”, dice un comunicado de la compañía, que no hace referencia a la situación de sus empleados. “Seguiremos transmitiendo nuestra postura en estos asuntos a los líderes en Washington y en otros lugares”.
Varias organizaciones por los derechos civiles presentaron este sábado una demanda ante un juzgado de Nueva York para pedir la puesta en libertad de los dos detenidos en el aeropuerto Kennedy y solicitar que esa decisión se aplique también a cualquiera de los futuros afectados. La justicia deberá resolver una de las grandes dudas creadas por la orden ejecutiva de Trump: si aún pueden entrar en EE UU los inmigrantes y solicitantes de asilo que ya habían recibido la luz verde para entrar en el país pero aún no habían iniciado su viaje.
El Proyecto Internacional para la Asistencia a Refugiados (IRAP), una de las organizaciones implicadas en la demanda, ha calificado la orden de Trump de “irresponsable y peligrosa”, según un comunicado emitido este sábado. “Negar a miles de refugiados la oportunidad de vivir seguros es una decisión irresponsable y peligrosa que socava los valores americanos y pone en peligro nuestras relaciones internacionales y seguridad nacional.
La IRAP alerta de que el decreto de Trump puede abandonar “en situación de peligro inmediato” a miles de niños, enfermos, supervivientes de actos de violencia y tortura, así como a ciudadanos provenientes de Irak y Afganistán que han trabajado para el gobierno de EE UU en sus respectivos países, como es el caso de los dos detenidos en el aeropuerto Kennedy.