No hubo milagro, el caleño Ismael Enrique Arciniegas, condenado a pena de muerte en China por haber reconocido un delito de narcotráfico, fue ejecutado en China con una inyección letal. El hombre de 74 años fue detenido en 2010 por llevar casi cuatro kilos de droga en la maleta por la que recibiría 5.000 dólares. Desde entonces estaba preso en una cárcel en la ciudad de Guangzhou donde esperaba el cumplimiento de su sentencia.
Su hijo Juan José, de 34 años, ha explicado que pudo hablar por teléfono con su padre dos horas antes de que fuera ejecutado. “Me voy feliz”, dijo citando las palabras de su padre, con quien no hablaba desde hacía siete años, cuando contactó con él vía postal.
Según el testimonio de su hijo, recogido por el diario ‘El Tiempo’, Arciniegas se ha despedido diciendo que irá “al cielo” a reunirse con el resto de sus familiares fallecidos. “La vida es una comedia y esta comedia se acabó. Doy gracias a Dios por la familia que me permitió tener. Mucha tranquilidad. Bendiciones. Me voy al matarile”, ha concluido.
Actualmente en China, país que no hace públicos sus datos sobre ejecuciones, hay cinco colombianos condenados a pena de muerte por narcotráfico, tres sentencias ratificadas y dos, en espera de apelación; otros diez a pena de muerte con suspensión por dos años y otros 15, a cadena perpetua.
No es la primera vez que el Ministerio de Relaciones Exteriores solicita clemencia al Gobierno chino para que la sentencia fuera conmutada. Desde el momento de su condena, a través de varias gestiones diplomáticas en las que se involucró el embajador de Colombia en China, el Ejecutivo de Juan Manuel Santos solicitó que se reconsiderara la suspensión de la ejecución.
Bogotá ha expresado que “reconoce el derecho soberano que tienen los países de establecer y aplicar su legislación en materia penal”. Sin embargo, ha reiterado “categóricamente su posición en contra de la pena de muerte”.
Actualmente, en China hay cinco colombianos condenados a la máxima pena por delitos relacionados con el narcotráfico. Tres sentencias ya han sido ratificadas y dos más siguen a la espera tras lograrse un aplazamiento por la intervención diplomática de Colombia.
Otros diez colombianos han sido condenados a muerte pero su ejecución ha sido aplazada y otros 15 están condenados a cadena perpetua. El total de colombianos en cárceles chinas por distintos delitos asciende a más de 130. Arciniegas será el primer colombiano en este país en ser ejecutado si la última solicitud de clemencia no sigue adelante.
“Esta decisión sienta un precedente realmente adverso para los conacionales recluidos en las cárceles de China”, ha dicho Ana Paola Agudelo, representante de los colombianos en el exterior.
China es uno de los 34 países del mundo donde el narcotráfico es considerado un delito grave y se castiga con la pena de muerte independientemente de la nacionalidad del detenido. “El Gobierno seguirá haciendo todas las gestiones que estén a su alcance para proteger los derechos de sus ciudadanos, pero no puede garantizar ni la repatriación en todos los casos, ni la no aplicación de la pena de muerte”, señaló el escrito.
Por el momento, Colombia ha logrado la repatriación efectiva de 172 de sus ciudadanos en todo el mundo, seis de los cuales por razones humanitarias.