El diablo se esconde en el detalle. El presidente Donald Trump puso números esta semana a sus prioridades políticas. Los grandes titulares se lo llevaron el recorte al presupuesto de la Agencia de Protección del Medio Ambiente y a la ayuda al desarrollo. El proyecto deja las cosas como están para la NASA. Pero en la letra pequeña hay tajos relevantes que hieren de gravedad a la agencia espacial estadounidense.
El borrador de presupuesto dedica dos páginas a exponer cuál es el plan para la NASA. La cifra de partida son 19.100 millones de dólares. Ese es el dinero que la Casa Blanca pide autorización para gastar, lo que representa un ligero recorte que no llega al punto porcentual cuando se compara con la última propuesta de presupuestado del demócrata Barack Obama. Hasta ahí todo aparentemente correcto.
El primer farolillo rojo se enciende cuando habla de la partida que va a destinar a la división de la agencia centrada en las ciencias de la Tierra, que recorta en un 13%. Busca así conseguir un ahorro de 102 millones de dólares respecto a lo presupuestado para este 2017. Se cancelan así cuatro misiones
La Asteroid Redirect Missión también se cancela, de acuerdo con el plan de Trump transmitido al Congreso. El documento no hace mención alguna al debate sobre las misiones tripuladas a la Luna o Marte. Pero el sueño de muchos jóvenes de viajar algún día al espacio puede verse truncado si prospera la iniciativa del republicano de dejar a cero el presupuesto destinado a la oficina de educación de la NASA.
Ese departamento, que concede becas y ofrece oportunidades de empleos a jóvenes entusiastas científicos, queda liquidada por completo. El anuncio es relevante, porque esta oficina cuenta con programas de gran valor para los educadores y estudiantes. El Astro Camp del Stennis Space Center permite, por ejemplo, a los niños entrar en contacto directo con los ingenieros de la NASA y aprender con su experiencia.
El futuro del Astro Camp y otras iniciativas como el NASA Kids Club es, por tanto, incierto. Este tipo de programas son, además, una vía de acceso a la ciencia para minorías y jóvenes con menos recursos. La Casa Blanca explica que buscando eliminar duplicidades en la agencia. Se trata, en cualquier caso, de una propuesta y es posible que el Congreso no siga al presidente, porque es muy querido en Washington.
Robert Lighfoot, el administrador en funciones de la NASA, asegura en una nota de prensa que la agencia hará todo lo posible por seguir “inspirando” a futuras generaciones de científicos incluso si la oficina de educación llega a desaparecer. Pero el gran temor en los círculos de la NASA es que este tipo de decisiones dificulte el reclutamiento de jóvenes que después forman parte de la industria.