El giro de la política exterior de la joven Administración de Donald Trump se consuma después de que el domingo se marcara como objetivo la deposición de Bachar el Asad en Siria. Este lunes ha sido el secretario de Estado de EE UU, Rex Tillerson, quien ha marcado una hoja de ruta más intervencionista y, por lo tanto, alejada de los planteamientos de campaña del actual presidente.
Tillerson ha afirmado este lunes que su país no permitirá que los crímenes contra inocentes queden impunes y que actuará allá donde se perpetren. “Nos dedicaremos a tener en cuenta a todos aquellos que cometan crímenes contra inocentes en cualquier lugar del mundo”, ha dicho Tillerson en declaraciones citadas por Reuters, durante un acto de conmemoración de la masacre nazi cometida en 1944 en la ciudad italiana de Sant’Anna di Stazzema (Toscana), donde fueron fusiladas alrededor de 500 personas, la mayoría de ellas mujeres y niños.
Tillerson se encuentra en Italia para participar en la cumbre del G7 de Asuntos Exteriores, que reúne en la ciudad toscana de Lucca durante este lunes y martes a los ministros de Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Canadá, junto con la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini. Las palabras del secretario de Estado llegan después que el presidente sirio, Bachar el Asad, bombardeara con armas químicas a la población civil y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reaccionara atacando con 59 misiles Tomahawk la base militar Shayrat del ejército sirio, donde la inteligencia de EE UU considera que El Asad contenía un arsenal de armas químicas, y aumentara la tensión con Rusia e Irán.
Precisamente la guerra de Siria es el tema principal de las conversaciones, centradas en abordar “los temas internacionales más importantes que afectan a la paz global y la seguridad”. Tras esta cumbre podrían anunciarse sanciones a Rusia por su defensa del régimen de El Asad. En este sentido, el portavoz de la primera ministra británica, Teresa May, ha dicho que el Gobierno de Reino Unido se encuentra “en discusiones con los socios clave sobre cómo presionar aún más al régimen y a quienes lo apoyan, lo cual incluye a los rusos”.
También tratarán el papel de Irán, aliado de las tropas del presidente sirio, y pedirán que proceda “hacia la plena integración del país en la comunidad internacional”. Tal ha sido el interés otorgado a la crisis siria que el martes por la mañana está prevista, de forma paralela, una reunión extraordinaria sobre Siria que sumará a los representantes de Exteriores de Turquía, Emiratos Árabes, Arabia Saudí, Jordania y Catar.
Los siete países más desarrollados del mundo se dicen preparados para abordar cuáles son los mejores modos de “contrastar el terrorismo y el extremismo violento y promover la estabilidad, la inclusión y la prosperidad”. Su prioridad es “la erradicación total del Estado Islámico de las áreas que controla en Siria e Irak”, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano en un comunicado. “El contraste del terrorismo y el extremismo violento, allá donde se desarrollen, representa una emergencia urgente que se afrontará persiguiendo a los responsables de los ataques terroristas y, al mismo tiempo, garantizando que nuestras sociedades permanezcan ancladas a los principios de respeto a los derechos humanos, a las libertades fundamentales y a los valores compartidos de inclusión, convivencia y tolerancia”, añade el comunicado.
La crisis de Oriente Próximo también llevará a abordar la situación de Libia, un asunto que preocupa mucho a Italia por el impacto de la crisis migratoria. Tratarán de promover “un diálogo político inclusivo y una reconciliación nacional por la reconstrucción de las instituciones estatales sólidas, en grado de garantizar, entre otras cosas, una mejor gestión de los flujos migratorios y una mayor capacidad para contrarrestar las actividades criminales”.
Otros asuntos en la agenda del encuentro —previo a la cumbre que reunirá en la ciudad siciliana de Taormina, los días 26 y 27 de mayo, a los jefes de Estado y de Gobierno del G7, junto con los presidentes de la Comisión el Consejo Europeo— son la guerra de Ucrania y las “reiteradas provocaciones contra toda la comunidad internacional” de Corea del Norte, así como “la necesidad de un marco estratégico internacional sobre la seguridad informática”.