En un encendido discurso nacionalista, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha llamado a Occidente a luchar por “defender la civilización”. Ante miles de ciudadanos que le vitoreaban durante su intervención en un multitudinario acto en la plaza Krasinski de Varsovia, símbolo del levantamiento de los polacos contra los nazis, Trump ha asegurado este jueves que la civilización y el modo de vida occidental están en riesgo por el “terrorismo radical islamista”. Para deleite del Gobierno polaco, que ha ofrecido una calurosísima bienvenida al mandatario, Trump ha manifestado su compromiso con la OTAN y el artículo que marca la defensa común ante el ataque a cualquiera de sus aliados. Poco antes, mostró su cara más dura con Rusia –un claro enemigo para Polonia– a la que acusó de “desestabilizar” a otros países. Trump reconoció además, que Moscú pudo interferir en las elecciones estadounidenses del año pasado, que le dieron la victoria sobre Hillary Clinton. El Kremlin, a través de un portavoz, se apresuró a rechazar su papel desestabilizador.
Cuando Trump llegó a Europa, en su primer viaje, en mayo, lo hizo dejando atrás las noticias que informaban de que el FBI investigaba a su yerno y uno de sus asesores más cercanos, Jared Kushner, por sus contactos con Rusia. En ese momento, el presidente estadounidense no dio ruedas de prensa y evitó las preguntas sobre la implicación de su entorno en la trama rusa. Este jueves, en un país que considera amigo y aliado, Trump sí ha aceptado hablar sobre la supuesta injerencia de Moscú en el proceso electoral. “Lo he dicho muy sencillamente, creo que muy bien podría haber sido Rusia, creo que bien podrían haber sido otros países. Mucha gente interfiere. Eso lleva ocurriendo mucho tiempo”, ha afirmado el presidente republicano en Varsovia, durante una rueda de prensa con su homólogo polaco, Andrzej Duda, en la que ha aprovechado, además, para criticar tanto a los servicios de inteligencia como a su predecesor, Barack Obama. “Le dijeron a principios de agosto que Rusia estaba tratando de involucrarse [en la campaña electoral] con bastante fuerza. No hizo nada al respecto y eso es porque pensaba que Hillary iba a ganar”, ha afirmado Trump.
Las palabras de Trump en Varsovia y ante el Gobierno ultraconservador y nacionalista de Ley y Justicia son un claro movimiento del presidente estadounidense antes de la cumbre del G20 en Hamburgo, donde se encontrará con su homólogo ruso, Vladímir Putin, por primera vez desde que ocupa el cargo. “Urgimos a Rusia a poner fin a sus actividades desestabilizadoras en Ucrania y en otros lugares, y a cesar su apoyo a régimenes hostiles, como los de Siria e Irán, y le pedimos que se una a la comunidad de naciones responsables en la lucha contra nuestros enemigos comunes y en defensa de nuestra civilización”, ha reclamado Trump, aplaudido por miles de polacos que agitaban fervorosamente banderitas de Estados Unidos y Polonia.
Las palabras de Trump, que quiere llegar a la cita con Putin como un líder fuerte y en una posición de poder, han sonado como música para los oídos del Ejecutivo polaco y otros países de la región, preocupados por la amenaza rusia, después de la invasión de Crimea en 2014. El Gobierno del PiS, confrontado con Bruselas por su rechazo a la política migratoria común y muy criticado por sus reformas antidemocráticas para controlar el sistema de justicia y los medios de comunicación, se ha apresurado a apuntarse como un tanto que haya sido en Polonia donde Trump ha reafirmado su compromiso con la OTAN, algo que había evitado hacer explicitamente hasta el momento sobre la Alianza Atlántica que ha llegado a describir como “obsoleta”. “Estados Unidos no sólo han demostrado con palabras sino con sus acciones que estamos firmemente a favor del artículo 5, con el compromiso de defensa mutua. Las palabras son fáciles, pero las acciones son lo que importa”, ha dicho para inmediatamente exigir a los países de la UE que tomen como ejemplo a Polonia (que dedica un 2% de su PIB a seguridad) y gasten más dinero en Defensa. “Europa puede hacer más, debe hacer más”, ha clamado.
Amenaza a Corea del Norte
Corea del Norte “se ha portado mal, muy, muy mal”, ha afirmado Trump sobre las últimas acciones militares de Pyongyang. El presidente estadounidense, que ha declarado que no quiere que Corea del Norte se convierta en una nueva Siria, y ha pedido ayuda a todas las naciones a hacer frente a la “amenaza global” que supone. Trump ha prometido “graves” respuestas, pero ha agregado que su Administración aún está analizando cuáles deben ser. “Yo no dibujo líneas rojas”, ha dicho el mandatario, que recordó el “gran error” que supuso para su antecesor, Barack Obama, trazar la línea roja de las armas químicas en Siria, porque a su juicio después no actuó consecuentemente cuando se probó su uso por parte del régimen del presidente sirio, Bachar el Asad. Sobre Siria, añadió que ningún país que defienda a la humanidad puede permitir los ataques químicos.
Con su viaje a Polonia, un país excomunista, el presidente de Estados Unidos ha roto la tradición de visitar primero a tradicionales aliados, como Reino Unido o Alemania. Su gesto contribuye a enfriar más las relaciones con sus históricos socios y que, en términos de policía interna, es un buen espaldarazo al Ejecutivo de Ley y Justicia (PiS), cada vez más alejado y confrontado con Bruselas por su deriva autoritaria y su política migratoria.