Colombia acaba enterrar la guerra con las FARC después de más de 50 años, pero el Estado aún no ha logrado contener uno de los males vinculados al conflicto armado. Los cultivos de coca aumentaron en 2016 un 52% y volvieron a cantidades similares a las de 2001, pasando de las 96.000 a las 146.000 hectáreas, según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), difundido este viernes. A pesar de este incremento, la producción se concentró en algunos departamentos, como Nariño, Putumayo y Norte de Santander (que tienen el 63% de las plantaciones), es decir, se cultivó más hoja de coca en menos territorio.
Esta agencia de la ONU señala entre las posibles causas “una percepción de reducción en el riesgo asociado con la actividad ilícita debido a la suspensión de la aspersión aérea y la posibilidad de evitar la erradicación forzosa”. “Adicionalmente”, señala el estudio, “se introdujeron términos como cultivos de uso ilícito en lugar de cultivos ilícitos; algunas comunidades interpretaron esto como una autorización para sembrar coca dado que lo ilegal era el uso y no el cultivo”. Naciones Unidas también aprecia un aumento “de las expectativas para recibir beneficios como contraprestación” por la sustitución de los cultivos de coca, en particular asociados con las expectativas derivadas del punto 4 del acuerdo de Paz”, el que hace referencia a la solución del problema de las drogas ilícitas.
La paz en Colombia pasa también por el fin de los cultivos ilegales y esta parte del proceso, fundamental para la renovación del campo, tuvo en mayo un impulso que pretende ser decisivo. El Gobierno de Juan Manuel Santos inició, con un acto simbólico en el departamento del Meta, un programa que se propone acabar en un año con 50.000 hectáreas gracias a la sustitución voluntaria de estas plantaciones, alrededor de una tercera parte del total, y con otras 50.000 a través de un plan erradicación forzosa que el pasado 5 de julio ya había eliminado 20.297 hectáreas.
Ante las cifras de la ONU, el Ejecutivo asegura que nunca ha bajado la guardia y promete responder “con determinación” al reto de poner fin a los cultivos ilícitos en el país. “Que nadie se llame a engaño pensando que estas cifras inmovilizan al Gobierno”, afirmó el vicepresidente, el general Óscar Naranjo. Según las autoridades, es relevante el hecho de que, según el informe, “las áreas sembradas se concentran en los mismos municipios y zonas del año inmediatamente anterior”. Esto es, “el problema no se ha expandido territorialmente”. Además, los acuerdos de paz facilitarán previsiblemente a las fuerzas de seguridad el acceso a las zonas de producción y la lucha contra el narcotráfico.
En lo que va de año, el Estado se ha incautado de 200 toneladas de cocaína pura y ha cerrado 122 laboratorios ilegales. Naciones Unidas señala, por otro lado, que en tres de los 32 departamentos colombianos –La Guajira, Caldas, y Cundinamarca- ya no se han detectado cultivos de coca y que otros seis territorios tienen menos de 50 hectáreas. El precio de la hoja de coca disminuyó en 2016 respecto a 2015, aunque en tres años pasó de los 0,66 céntimos a, aproximadamente, un dólar por kilo.