La oposición de Venezuela ha conseguido una histórica votación en la consulta electoral convocada por la Asamblea Nacional este domingo al obtener 7.186.170 millones de votos, con el 95% de las actas escrutadas. El resultado alcanzado demuestra el músculo de los adversarios del Gobierno de Nicolás Maduro, a pesar de las condiciones y la poca antelación con las que se convocó el proceso. Los comicios organizados por el Consejo Nacional Electoral suelen tener unos 14.000 centros de votación. En esta ocasión la maquinaria electoral de la oposición estableció unos 2.300 “puntos soberanos”, como denominó la Mesa de la Unidad Democrática a los centros de votación. Además, es posible que una vez se terminen de contabilizar los votos, este referéndum alcance o supere los apoyos obtenidos por Maduro cuando fue elegido en 2013.
El Ministerio Público venezolano ha confirmado que una mujer ha muerto y tres personas han resultado heridas en una zona del oeste de Caracas en un ataque a tiros de un grupo armado frente a un centro de votación de la consulta opositora.
Cecilia García Arocha, rectora de la Universidad Central de Venezuela, ofreció los resultados acompañada de las máximas autoridades de otras cuatro universidades autónomas. Ellos y cinco expresidentes latinoamericanos fungieron de garantes en un proceso que no contó con el Poder Electoral. Fueron los mismos ciudadanos organizados quienes contaron los votos, de acuerdo con una metodología concebida por los estrategas electorales de la MUD, y los enviaron a un centro de cómputo localizado en el sótano del Teatro Chacao, en el Este de Caracas.
El número, en cualquier caso, luce como un dato menor frente al desafío que se impone a partir del lunes para quienes adversan al régimen de Maduro. La pregunta es qué hacer con esos resultados, que se acercan a la cifra obtenida en la elección presidencial sobrevenida, que eligió al sucesor del fallecido gobernante Hugo Chávez, por el candidato de la MUD Henrique Capriles Radonski. Quedan quince días para la elección de los delegados de la Asamblea Nacional Constituyente y se espera que se redoble la presión sobre el régimen para que suspenda las votaciones y el régimen bolivariano mantiene el pie en el acelerador.
El régimen de Venezuela se negó hace meses a autorizar un referéndum revocatorio del mandato presidencial —que con estos votos y con los que faltan por contabilizar saldría adelante, como señaló el presidente del Parlamento, Julio Borges— y ha postergado los comicios regionales porque está en minoría, según pronostican las encuestas. La oposición considera un éxito incontestable la consulta popular, que plantea en protesta por la elección de una Asamblea Constituyente convocada por Maduro y que se votará el día 30.
“Hoy los venezolanos estamos dando un ejemplo al mundo de que somos un pueblo que amamos la democracia. Hoy cada venezolano que ha acudido a algún punto [de votación] soberano, ha acudido con la firme convicción de que este país pueda encontrar una solución”, afirmó Capriles a lo largo de la jornada. El líder opositor Leopoldo López, bajo arresto domiciliario desde que fue excarcelado la semana pasada tras varios años en prisión, anunció en un vídeo colgado en Twitter que había votado.
La MUD convocó a los venezolanos en 559 ciudades de 101 países, incluidas las principales capitales europeas, en toda América Latina, pero también en Maputo (Mozambique), en Durban (Sudáfrica) o en Arequipa (Perú). Colocó mesas de votación en toda Venezuela, incluso en las zonas donde el chavismo se hace fuerte con sus bandas armadas. Fue una categórica demostración de fuerza tras tres meses de fuertes protestas en las calles.
En contraste, este diario pudo comprobar en un recorrido por Caracas la escasa afluencia a algunos colegios electorales que acogieron el ensayo convocado el mismo día por el chavismo para la votación de la Asamblea Constituyente. Había locales que lucían vacíos, a pesar de los esfuerzos de los medios audiovisuales del Estado en mostrar una avalancha de participantes que no era tal. A este tipo de eventos suele acudir un porcentaje ínfimo del padrón electoral, pero el contraste entre uno y otro proceso representa quizá la correlación de fuerzas que muestran las encuestas. Maduro ronda el 20% de aceptación.
Los barrios chavistas
En cualquier caso, centenares de miles de ciudadanos acudieron a votar la consulta de la oposición durante las primeras horas del día y la participación fue masiva incluso en los barrios chavistas. “Yo voté por Chávez antes, pero ya no soy chavista. Ya Chávez se murió y el que está muerto está muerto”, dijo a Efe el conductor Henry Carrasco tras entregar su papeleta en la parroquia caraqueña de Antímano,
No hubo declaraciones del Gobierno sobre el referéndum, pero la víspera Maduro había hecho un sorpresivo llamamiento a respetar “la consulta interna” que estaba organizando la oposición. En las últimas semanas, el régimen se había mostrado inamovible ante las peticiones de sus adversarios y respondió con la represión de la protesta callejera por parte de la policía militarizada, y no frenó el violento asalto al Parlamento por parte de sus bandas armadas. Sin embargo, Maduro está tratando ahora de mostrarse más conciliador con sus oponentes. El régimen, por ejemplo, no ha puesto obstáculos a la visita de cinco expresidentes latinoamericanos que oficiaron como garantes de la consulta, entre ellos el colombiano Andrés Pastrana o el mexicano Vicente Fox.
Los resultados de la consulta popular del 16 de julio en Venezuela arrojaron que el 98,4% de los participantes votaron el rechazo de la formación de la Asamblea Nacional Constituyente.
Los resultados de la consulta popular del 16 de julio en Venezuela arrojaron que el 98,4% de los participantes votaron el rechazo de la formación de la Asamblea Nacional Constituyente.
CRISTIAN HERNANDEZ EFE
Mientras, crece la presión de la comunidad internacional a medida que se acerca la elección de los delegados de la Asamblea Nacional Constituyente. El diario Financial Times reveló ayer que el viaje del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a Cuba, donde oficialmente estrechará lazos comerciales con el país, busca en realidad mover a las autoridades de La Habana —aliadas del chavismo— a que se sumen al intento de convencer a Maduro para que desconvoque la Constituyente.