El Gobierno de Estados Unidos prohibirá a sus ciudadanos viajar a Corea del Norte, según funcionarios citados por la agencia Associated Press. El veto llega tras la muerte hace un mes de Otto Warmbier, un estadounidense de 22 años que falleció tras entrar en coma durante su encarcelamiento en el hermético país asiático.
Entre 800 y 1.000 estadounidenses visitan cada año a Corea del Norte, según las estimaciones de organizaciones de viajes. Se calcula que suponen un 1% de los visitantes extranjeros al país.
La restricción entrará en vigor 30 días después de ser publicada en el Registro Federal, algo que este viernes aún no había ocurrido. Violar un veto al uso de pasaportes estadounidenses en un determinado país puede castigarse con una multa o hasta 10 años de cárcel.
No es común pero tampoco es insólito que Washington adopte una medida de este tipo. La ley permite al secretario de Estado imponer restricciones de viajes a países con los que EE UU está en guerra o se consideran una amenaza directa a la seguridad o salud de los ciudadanos estadounidenses. Desde 1967, se han impuesto prohibiciones de ese tipo a países como Argelia, Irak, Líbano, Libia, Sudán, Cuba y Vietnam del Norte. No hay ahora ningún veto completo a un país.
La decisión llega en un momento en que el Gobierno de Donald Trump explora sus siguientes pasos ante la escalada del programa atómico de Pyongyang. La Administración republicana trata de lograr el consenso diplomático necesario en Naciones Unidas para imponer nuevas sanciones al régimen de Kim Jong-un. En paralelo, insta a China a presionar más a su aliado para frenar el desarrollo de su programa de misiles, con los que aspira a alcanzar la Costa Oeste de EE UU.
Warmbier estuvo 17 meses encarcelado en Corea del Norte tras ser acusado de tratar de robar un cartel de propaganda en un hotel y posteriormente fue condenado a 15 años de trabajos forzados al ser considerado culpable de “actos hostiles contra el Estado”. El joven fue detenido en enero de 2016 en el aeropuerto de Pyongyang tras realizar un viaje de cinco días por el país organizado por una agencia de viajes de China, donde estaba realizando un intercambio académico. “He cometido el peor error de mi vida”, dijo en una supuesta confesión pública en febrero de 2016.
Pocos días antes de morir, Corea del Norte liberó al joven, que fue trasladado a un hospital de Cincinnati (Ohio), donde falleció por un “daño neurológico grave” que sufrió durante su cautiverio.
Hay otros tres estadounidenses retenidos en Corea del Norte, que utiliza los encarcelamientos como arma de presión en su disputa con EE UU por su programa atómico.