En la capital de Colombia se mata menos que hace dos años. En 2015 hubo 1.353 homicidios y en 2016 la cifra llegó a 1.302. Sin embargo, los índices de violencia hacia la mujer son preocupantes, señala la encuesta Bogotá, cómo vamos, que cada año le mide el pulso a la ciudad.
Durante 2016 se registraron 4.167 casos de presunto abuso sexual. En promedio once diarios. Según el informe, que calcula este indicador de acuerdo con el número exámenes médicos legales, se han incrementado en 10% durante los últimos seis años, pasando de 3.943 en 2010 a 4.167 en 2016. La cifra podría ser mayor. Datos del Distrito revelan que en el último año se recibieron más de 20.000 denuncias por acoso, agresiones y amenazas hacia las mujeres, que no siempre terminaron en una evaluación médica o en un proceso jurídico contra el agresor.
Casos como el de la periodista Paola Noreña, atacada por su expareja, ha alertado nuevamente a las autoridades y ha generado una voz de protesta que exige justicia. A ella la agredieron a plena luz del día cuando salía de su trabajo en una universidad bogotana. El hombre le cortó desde la garganta hasta la nuca con un arma blanca. Cuando trató de defenderse le rajó las manos. Paola tiene 26 años y sobrevivió al ataque. Desde la clínica ha pedido que su caso no quede en la impunidad.
Los protocolos para atender este tipo de situaciones siguen siendo deficientes. Su familia relató que cuando intentó denunciar, las autoridades locales no recibieron el caso porque estaba por fuera del horario de atención establecido. Al débil sistema de protección se suman las condiciones de vulnerabilidad que siguen teniendo las mujeres que, según Bogotá, cómo vamos, son las principales víctimas de la violencia intrafamiliar. Hay cerca de 9.000 afectadas por año. Según Medicina Legal entre enero y mayo pasado fueron asesinadas 48 solo en Bogotá. El 85% de las víctimas de abuso sexual fueron niños, niñas y adolescentes.
Aunque en la capital de Colombia, con 7’980.001 habitantes, han disminuido las muertes violentas, el 45% de ciudadanos no se sienten seguros. “Llama la atención el hecho de que a pesar de haber disminuido en los últimos años los homicidios y las lesiones personales, los altos niveles de delitos menores hacen que la percepción de inseguridad se mantenga particularmente alta”, señala el informe. Cada día, en promedio, roban a 75 personas. Ocho de cada diez hurtos se cometen entre semana y seis de cada diez ocurren de día. En 2016 hubo 27.204 casos de robos a personas, de los cuales 10.351 fueron a mujeres y 16.853 a hombres. El dato puede ser mayor si se tiene en cuenta que no todos denuncian.
Los indicadores que miden a la ciudad muestran que aunque disminuyeron los homicidios, hubo un aumento de los suicidios en un 10% y de los accidentes del tránsito, en un 6%. Los jóvenes parecen ser los más afectados. En esa población se concentra el 43% de los asesinatos, el 35% de los suicidios y el 30% de los accidentes de tránsito. El informe, respaldado por la Cámara de Comercio, menciona la necesidad de intervenir ese grupo de la población para reducir esos indicadores y llama la atención sobre la política para el desarme y la restricción de porte de armas en la ciudad porque aunque se redujo en 12% el arma de fuego, aumentó el uso de armas blancas en 8%. Bogotá mejora, pero sigue en rojo en varios indicadores, incluida la forma cómo se afronta el microtráfico y su relación con otros mercados ilegales en la ciudad, apunta el documento.