Lunes, 7 de Abril del 2025 
La violación ocurrió en agosto de 2001, pero Thomas Maupin se libró de la cárcel hasta la semana pasada. Durante 15 años, nadie revisó las pruebas del caso pese a que hubiese sido muy fácil hallar al culpable: Maupin se dejó su dentadura postiza, que llevaba inscrito su nombre, en el lugar de la violación.
Un juez de Tennessee condenó la semana pasada a Maupin, de 67 años, a ocho años de cárcel por violar a una mujer, que entonces tenía 31 años, en una calle de Memphis. La policía encontró la dentadura del atacante y la introdujo en una bolsa que pasó años intacta en una oficina policial hasta que en julio de 2016 fue finalmente examinada.
El caso ilustra el enorme retraso en las investigaciones policiales en algunas partes de Estados Unidos. Se estima que cientos de miles de pruebas relacionadas con violaciones tardan años en poder ser analizadas. Como resultado, siguen libres personas peligrosas y reincidentes como Maupin.
El de 2001 fue un suceso esperpéntico. Tras seguir a la mujer por una calle, el atacante la golpeó con una barra de hierro debajo de su boca con tal fuerza que el objeto cruzó su barbilla y golpeó su paladar. También usó la barra para agredirla sexualmente después de forzarla a realizar sexo oral.
Cuando finalmente se examinó la dentadura de Maupin, al margen de ver su nombre, los investigadores descubrieron que ya tenían guardados sus datos de ADN. El hombre se hizo la dentadura en 1988 en una prisión cuando cumplía una condena por matar a una niña de 6 años en el Estado de Washington.
Fue condenado dos veces a 40 años de cárcel, pero las sentencias fueron posteriormente anuladas en la fase de apelación. Tras 12 años encarcelado, Maupin se trasladó a Tennessee.
