El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, ha iniciado este domingo su gira por América Latina en Colombia rebajando el tono belicista con el que Donald Trump se refirió a la crisis que vive Venezuela. “El presidente me ha enviado aquí para seguir buscando el apoyo de América Latina y lograr la restauración pacífica de la democracia en Venezuela”, ha asegurado tras haberse reunido con el presidente Juan Manuel Santos. “Los amigos tienen que decirse las verdades, le expresé al vicepresidente Pence que la posibilidad de una intervención militar no debe ser contemplada”, ha contestado el líder colombiano. “Ni Colombia ni América Latina, desde el sur del río Grande hasta la Patagonia, podrían estar de acuerdo. América es un continente de paz. Mantengámoslo así”.
El intervencionismo militar estadounidense es un fantasma que las principales potencias de América Latina, con Colombia a la cabeza, rechazaron el sábado después de que Trump manifestara públicamente que barajaba esta opción. Fueron esos mismos países quienes el pasado 8 de agosto firmaron la Declaración de Lima en la que materializaban su alejamiento del Gobierno de Nicolás Maduro y su Asamblea Constituyente. Y esas con estas naciones, en concreto con Panamá, Chile y Argentina (los otros destinos de la gira), con las que Pence pretende analizar “una gama de sanciones económicas y diplomáticas” que se unirían a las 12 medidas ya impuestas por Estados Unidos contra el líder venezolano y su círculo más cercano. “Estoy aquí para construir una alianza sin precedentes para aislar a Venezuela”.
“Como dijo Trump, Estados Unidos no se va a quedar tranquilo ante la creación de una dictadura en nuestro hemisferio”, ha continuado Pence en un tono más conciliador, pero siempre sin alejarse de la doctrina de su jefe. “Un estado fallido en Venezuela significa mayor emigración ilegal, afecta a nuestras economías, crece el narcotráfico. Lo que hagamos lo haremos de manera mancomunada, todos vivimos en el mismo vecindario”.
Además de la crisis venezolana, Pence le ha traído a Santos otro mensaje del presidente Trump: “Nuestra gran preocupación es el aumento dramático de la producción de coca”. El Gobierno estadounidense reclama a Colombia “una acción rápida”. El vicepresidente ha asegurado que abordaron la demanda en su país, que ayudarán a reforzar el sistema judicial colombiano y ha anunciado “extradiciones de delincuentes” sin especificar detalles. “Habrá también mayor seguridad fronteriza”, ha concluido.
Santos ha reconocido el aumento de los cultivos ilícitos que mantiene, más de 140.000 hectáreas según el último informe de la ONU. Una cifra que mantiene a Colombia como líder del mercado mundial de cocaína. “Tenemos un plan específico para desaparecer en su primera fase 100.000 hectáreas de coca. De la primera mitad, que corresponde a la erradicación forzosa, ya llevamos 27.000”, ha explicado. “La otra mitad la estamos erradicando mediante sustitución voluntaria. Ya se han arrancado 12.000”. El presidente colombiano ha rechazado recuperar la aspersión aérea: “En 2007 se usó este método y fue el año que más creció la producción”.
Las relaciones diplomáticas entre ambos países se afianzan con un cheque de dos millones de dólares que Estados Unidos pondrá sobre la mesa para asegurar la entrada de Colombia en la OCDE. Esta ayuda se une a la decisión del Gobierno de Trump de permitir la exportación de aguacate Hass, el segundo producto en la canasta exportadora colombiana, mientras que Colombia comprará arroz de su vecino del norte.