El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha ofrecido este viernes un diálogo “dentro de la ley, constructivo, abierto y realista” al Govern que se constituya en Cataluña como resultado de las elecciones celebradas este jueves. Pese a que los partidos que se autodenominan como constitucionalistas no han logrado tener opciones de gobernar, el líder del PP ha defendido la activación del artículo 155 de la Constitución y su decisión de convocar los comicios “rápidamente para restaurar la legalidad”. Además, Rajoy ha rechazado la oferta del expresidente Carles Puidemont para que ambos se reúnan en el extranjero; ha recordado que hablará con quien sea el nuevo presidente de la Generalitat (para serlo, Puigdemont tendría que volver a España, donde hay una orden de detención contra él); y se ha remitido a Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos y ganadora de las elecciones.
“Haré un esfuerzo por mantener un diálogo con el gobierno que salga de estas elecciones, pero también haré un esfuerzo para que la ley se cumpla”, ha prometido el presidente del Gobierno tras el Consejo de Ministros. “Espero que el nuevo gobierno abandone la unilateralidad y que no se sitúe fuera de la ley”, ha añadido. “No aceptaré que nadie se salte la Constitución, ni la ley, ni el estatuto de Cataluña”, ha recalcado. Y, tras recordar que los partidos independentistas han bajado en escaños y votos con respecto a 2015, ha subrayado: “La fractura en la sociedad catalana es muy grande. Llevará su tiempo recomponerla y esa debe ser la primera obligación de todos los partidos políticos. La necesaria reconciliación debe venir desde el respeto a la ley y a todos, las minorías y las mayorías”.
Las elecciones tuvieron un triple impacto negativo para Rajoy. El PP, que sostiene su Gobierno, se hundió hasta los tres escaños, el peor resultado de su historia. La suma de Ciudadanos, PSC y PP alcanzó el 43,49% de los votos y los 57 escaños, pero fue insuficiente para formar Gobierno. Y todo eso sirvió para rodear de dudas la decisión del Ejecutivo de convocar elecciones en Cataluña inmediatamente después de aplicar el artículo 155 de la Constitución.
“Convocar elecciones era mandar un mensaje a todos”, ha argumentado. “La situación era excepcional, nos obligó a cesar al Gobierno y nos aconsejó decirle a la gente que no teníamos la intención de estar allí indefinidamente”, ha añadido sobre aquellos líderes del PP, como Xavier García Albiol, que le pedían haber prolongado durante más tiempo la intervención. “La excepcionalidad en democracia debe ser corta, es una cuestión de valores democráticos”, ha seguido. “Fue una decisión que no tuvo nada que ver con intereses partidistas, con tener más o menos votos”. Y se ha preguntado: “He llegado a oír hablar de estar allí cuatro años. ¿Pero cuánto tiempo querían que estuviéramos allí?”.
Rajoy esperará ahora acontecimientos. Si el nuevo Govern respeta la ley, argumentará que su labor ha servido para restaurar la normalidad institucional en Cataluña. Si por el contrario la nueva Generalitat vuelve a apostar por la independencia, el presidente volverá a activar el artículo 155 de la Constitución. La intervención, en todo caso, se mantendrá hasta que haya un nuevo president catalán, tal y como aprobó el Senado el pasado 27 de octubre.
Oposición al adelanto electoral
En el escenario nacional, el líder del PP no está dispuesto a adelantar las elecciones generales. Debilitado frente al auge de Ciudadanos, toca intentar aprobar los Presupuestos de 2018 y apurar la legislatura hasta 2020, según le ha transmitido el propio Rajoy a sus barones durante la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP en la sede de Génova.
“El Gobierno sigue adelante. Las legislaturas son para cuatro años, porque a la gente no se le puede estar obligando a estar yendo constantemente a las urnas”, ha resumido Rajoy con contundencia. “Después de todo lo que está pasando en España, lo último que nos faltaba era convocar elecciones generales”, ha seguido. Y ha afirmado: “Estamos en condiciones de gobernar. Intentaré que la legislatura termine cuando toque, que es a mediados de 2020”.
Ahora la máxima preocupación del partido es evitar que el partido de Albert Rivera pueda trasladar su éxito al resto de España, donde Rajoy asegura que sigue encarnando el voto útil para los electores de centro derecha. Los dos líderes han mantenido este viernes una conversación telefónica en la que el del PP ha felicitado al de Ciudadanos. Y mientras tanto, la formación de Génova ya ha empezado el análisis para entender el por qué de su mal balance en las elecciones del 21-D.
“El resultado no ha sido ni mucho menos el que nosotros esperábamos”, ha reconocido Rajoy. “Una cosa son las autonómicas en Cataluña y otra las autonómicas y las provinciales en otros lugares de España, o las generales”, ha seguido. “No creo que nos hayan castigado por activar el artículo 155 porque quien ha ganado las elecciones lo ha apoyado [Ciudadanos]. Ha sido la concentración del voto”.
Para el Gobierno, las preocupaciones son otras. Casi dos meses después de haber cesado al gobierno de Carles Puigdemont, todo ha cambiado para seguir igual en lo fundamental. Los constitucionalistas no suman para formar Gobierno y el expresidente reclama negociar bilateralmente con Rajoy.