Brasilia, Brasil
AFP/EFE Los tres jueces de un tribunal de apelación confirmaron por unanimidad la condena por corrupción y lavado de dinero al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y aumentaron la sentencia inicial a 12 años y un mes de cárcel, alejando sus aspiraciones de volver al poder.
Lula, que aún dispone de recursos para evitar la prisión, fue considerado culpable de haberse beneficiado de un apartamento tríplex ofrendado por la constructora OAS a cambio de su mediación para obtener contratos en Petrobras. La condena inicial era de nueve años y medio de prisión.
Los magistrados del Tribunal Regional Federal Nº 4 (TRF4) de Porto Alegre (sur) respaldaron ampliamente las conclusiones del juez Sergio Moro, autor de la sentencia de primera instancia.
El caso se enmarca en la Operación Lava Jato sobre sobornos pagados por constructoras a políticos de todas las tendencias para obtener contratos en la petrolera estatal.
Ganar tiempo
Tras la condena en segunda instancia, la defensa tiene dos días para solicitar precisiones o aclarar dudas (recurso de declaración). Pero la sentencia no puede revertirse.
Para demorar la sentencia definitiva, el Supremo Tribunal de Justicia (STJ, instancia previa al Supremo Tribunal Federal): la defensa tiene 15 días para presentar un recurso especial en el que pida discutir el mérito de la acción o su nulidad. No puede discutir hechos nuevamente.
Luego puede recurrir al Supremo Tribunal Federal (STF-Corte Suprema): la defensa tiene también 15 días para cuestionar la condena o pedir la nulidad del proceso con un recurso extraordinario. La aceptación del pedido de nulidad obligaría a realizar un nuevo juicio de primera instancia. No hay plazo establecido para la decisión en torno a estos recursos. El fallo del STF es definitivo.
La prisión podría decretarse cuando se agoten todos los recursos de segunda instancia. En caso de enfrentar la prisión, Lula podría solicitar un habeas corpus ante el STJ y recurrir ante el Supremo Tribunal Federal.
De acuerdo con el marco jurídico brasileño, la condena en segunda instancia lo inhabilita electoralmente (ley de ‘Ficha Limpia’). Pero podría iniciar la campaña gracias a una medida cautelar del Tribunal Supremo Electoral (TSE). El plazo para la inscripción de candidaturas comienza el 20 de julio y termina el 15 de agosto.
Si la candidatura es impugnada, el Partido de los Trabajadores (PT) puede reemplazar a Lula hasta el 17 de setiembre, 20 días antes de la elección de la primera vuelta del 7 de octubre.
Caso contrario, si el exmandatario continúa en la carrera electoral y es elegido, su toma del cargo dependerá de la evolución judicial del caso y de los recursos legales que sostengan su candidatura.
Hipótesis
De ganar los comicios, Lula recibiría a mediados de diciembre el reconocimiento de la justicia electoral de que está en condiciones de asumir, momento en el cual pasaría a tener la protección del fuero privilegiado.
Aún en esa circunstancia, su elección podría ser impugnada, dejando el mandato en manos de su eventual vicepresidente. De no ser invalidada su victoria, el proceso podría congelarse hasta el fin del mandato, ya que constitucionalmente en Brasil un presidente no puede responder por crímenes cometidos previos al ejercicio de su cargo.
“Quiero ser presidente”
“Ahora quiero ser candidato a la presidencia de la República” de Brasil, afirmó el expresidente Lula ante una multitud enardecida en Sao Paulo, tras ser condenado este miércoles a doce años de cárcel por corrupción.
Los jueces “saben que no cometí ningún crimen”, proclamó el exmandatario. “Quiero que me pidan disculpas por la cantidad de mentiras que profieren sobre mí desde hace cuatro años” agregó.
“Pueden retirarme derechos, no hay problema. Pero lo que yo quiero disputar con ellos es la conciencia del pueblo brasileño”, agregó con su voz rasgada, levantando una ovación.
“Nunca me hice ninguna ilusión con la sentencia del tribunal ni con los jueces de Lava Jato”, afirmó.