La Administración de Estados Unidos sopesa destinar ayuda a los venezolanos que huyen a Colombia. El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, dejó este martes la puerta abierta a esa posibilidad tras reunirse con el presidente Juan Manuel Santos en Bogotá. El jefe de la diplomacia estadounidense hizo escala en ese país tras visitar durante su gira por América Latina México, Argentina y Perú.
Tillerson hizo referencia a las dificultades para que los recursos invertidos en paliar la gravísima crisis económica que golpea a Venezuela lleguen a su territorio. La oposición al régimen de Nicolás Maduro y la comunidad internacional llevan años pidiendo un corredor humanitario para hacer frente a la escasez de alimentos y medicinas, pero nunca llegaron a un acuerdo con el chavismo. “Entonces”, consideró el alto cargo estadounidense en declaraciones a los periodistas, “podríamos redireccionar esa ayuda a los venezolanos que han tenido que venir a Colombia”.
El secretario de Estado habló con Santos del proceso de paz; de los desafíos de la lucha contra el narcotráfico y la producción de coca -observó una reducción de los cultivos, pero agregó que espera que la tendencia se revierta-; de las relaciones comerciales entre los dos países y las posibilidades de ingreso del país andino en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Pero la situación que atraviesa Venezuela fue de los principales temas de la cita. Tillerson afirmó que trabajará con el llamado Grupo de Lima, integrado por 12 Ejecutivos, y con la Organización de los Estados Americanos (OEA). Se detuvo, no obstante, en el papel de Colombia, calificándolo de “jugador muy importante” para devolver la democracia al Gobierno de Caracas. Según las autoridades, el flujo migratorio aumentó un 110% en el último año. Alrededor de 550.000 ciudadanos venezolanos, con permiso de residencia o sin papeles, se encuentran ahora en el país y el departamento de Migración calcula que a mediados de 2018 podrían alcanzar el millón.
Ante esta circunstancia, el Parlamento venezolano de mayoría opositora, que sigue legislando pese a haber sido desmantelado de facto por la Asamblea Nacional Constituyente oficialista, pidió a Santos una reunión para este jueves en la ciudad fronteriza de Cúcuta. El mandatario se pronunció con especial dureza sobre la deriva de Maduro en su comparecencia conjunta con Tillerson. Llamó “régimen dictatorial” al aparato chavista y avisó de que, con las premisas actuales, las elecciones que planea el Gobierno para antes del 30 de abril no tendrían legitimidad.
“A la grave situación humanitaria que el régimen dictatorial se niega a reconocer, se suma ahora la convocatoria a elecciones presidenciales”, señaló. “Unas elecciones que para nosotros no tendrían validez porque no ofrecen ninguna garantía. Ninguna. Y no las van a ofrecer. Maduro no aceptaría jamás ir a unas elecciones libres y transparentes, porque sabe que las pierde. Y en esas condiciones será imposible para Colombia, y pienso que para muchos países democráticos como los del Grupo de Lima, reconocer cualquier resultado”, continuó Santos, a quien el presidente venezolano lleva meses dirigiendo insultos, ya sin ningún tipo de disimulo.
“Venezuela, tristemente se convirtió en una dictadura”, había resaltado por la mañana desde Palmira, “y ahora pretende convocar unas elecciones que no tiene ninguna garantía, ninguna transparencia”. “Las dictaduras buscan forma de perpetuarse, pero si creen que convocando unas elecciones que no son transparentes, que pueden manipular, se van a perpetuar, no van a tener el respaldo de ningún país”, quiso dejar claro.