La polémica alrededor de la frustrada aceptación de cargos por parte Gustavo Moreno ante el Tribunal Superior de Bogotá quedó atrás. Las denuncias de quien fuera fiscal anticorrupción sobre supuestas presiones de la Fiscalía sobre su familia para que prendiera el ventilador son consideradas un asunto superado. Tanto, que la Corte Suprema de Justicia validó este miércoles la aceptación de cargos de Moreno por los delitos de concusión y utilización indebida de información privilegiada.
Así las cosas, el alto tribunal aplicó el descuento que le permite la ley por allanarse a cargos durante la imputación de cargos, lo que le representa 3 años y medio de prisión. Por los delitos aceptados, Moreno recibió el 50 por ciento de rebaja y podría incluso pedir la excarcelación. Sin embargo, sólo podrá hacerlo cuando llegue de Estados Unidos, ya que allá le espera un proceso de extradición por cinco cargos, todos asociados al lavado de activos.
El envío de Moreno es casi un hecho que tendrá que hacerse efectivo en las próximas semanas. Por el bajo monto de dinero por el que se le acusa -USD 10.000- le espera una sentencia en Norteamérica de máximo tres años y medio si no hay sorpresas en el camino. Y para el cumplimiento de la pena, Estados Unidos le conmuta el tiempo que lleva recluido en La Picota y en el Batallón de Artillería. Sumados son casi 10 meses. En ese tiempo Moreno prendió su ventilador en contra de abogados, congresistas, fiscales y magistrados.
Aunque Moreno cayó por cuenta del anzuelo que el exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons y la DEA le tendieron, sin su colaboración no se hubiera destapado el escándalo que sacudió la cúpula de la Justicia y tocó poderes electorales que están comenzando a responder en prisión. Uno de ellos es el senador Musa Besaile, quien al encontrarse acorralado admitió haber pagado a Moreno 2.000 millones de pesos como parte de una extorsión. Ahora, aunque Besaile comenzó a prender su ventilador echando al agua al magistrado Gustavo Malo y brindando información de otros dos extogados es poco probable que esa colaboración le cuente de manera importante, ya que no es considerada un aporte realmente nuevo para la justicia.
Por los delitos cometidos en el tiempo en que se desempeñó como abogado litigante, Moreno negocia una inmunidad con la Justicia; no obstante, aún resta que la Fiscalía destape sus cartas frente a las investigaciones relacionadas con su rol como fiscal anticorrupción.
Por lo pronto, en el mapa de colaboración de Moreno hay 21 nombres. No en todos los casos entregó información sobre acciones delictivas, sin embargo, sus delaciones sí fueron claves para dictar captura en contra del exmagistrado Francisco Ricaurte; proyectar ponencia en contra de Gustavo Malo, y abrir investigación en contra de Leonidas Bustos.