Amenazaba a sus víctimas en los centros comerciales y luego los robaba.

Varios  ciudadanos escucharon a través de una cadena de WhatsApp cómo una mujer denunciaba que su hijo había sido intimidado en un centro comercial y luego robado por un extraño. Aunque muchos dudaron de la veracidad de esta historia la Policía Metropolitana de Bogotá decidió hacerle seguimiento.

Los frutos de la investigación dieron rápidamente resultados porque más testimonios se comenzaron a conocer.

También se supo que el hombre solía recorrer varios centros comerciales de la ciudad, sobre todo, aquellos que quedaban cerca de universidades reconocidas.

Su forma de operar estaba clara. Primero interceptaba a los jóvenes, luego a través de artimañas se ganaba su confianza y, finalmente, se las arreglaba para despojarlos de sus pertenencias. Claro, después se ponía violento y utilizaba armas blancas.

Las denuncias que llegaron  con el tiempo fueron claves. Hubo una en la que cuatro estudiantes contaron cómo les habían hurtado sus celulares. Esto ocurrió en un  reconocido centro comercial del norte de Bogotá.

El acusado de los robos había cometido tantos delitos que sus víctimas decidieron montar una página de Facebook para que, con las denuncias, fueran apareciendo más jóvenes afectados. La estrategia no pudo dar mejores frutos.

Cada caso fue investigado por la policía hasta dar con el sujeto, quien fue capturado finalmente en la localidad de Mártires.

Se supo que solo tiene 21 años y que ya tenía antecedentes por hurto agravado y calificado. Los casos expuestos por sus víctimas fueron suficientes para que un juez lo cobijara con medida de aseguramiento en un centro carcelario.

EL TIEMPO ya había conocido casos de delincuentes que operaban de manera similar. Un ciudadano había denunciado el atraco de su sobrino, un joven de 15 años, en un centro comercial del norte de Bogotá. “Un tipo se le sentó al lado e intimidándolo con un arma lo sacó hacía la calle y le robaron el celular y el reloj”.