Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, de 57 años, hasta ahora primer vicepresidente del Gobierno, ha sido elegido este jueves presidente de Cuba por la Asamblea Nacional de la isla en sustitución del general Raúl Castro, quien se retira del poder tras 12 años al frente del país. “Seremos fieles al legado de Fidel Castro, líder histórico de la Revolución, y también al ejemplo, valor y enseñanzas de Raúl Castro, líder actual del proceso revolucionario”, ha dicho Miguel Díaz-Canel, quien leyó su primer discurso oficial como presidente de pie en la tribuna de oradores del Parlamento, al que acudió vestido con traje gris y corbata roja. El nuevo presidente dejó claro que, pese al relevo, Raúl Castro “encabezará las decisiones de mayor trascendencia” para el país.
El hasta ahora primer vicepresidente del país fue ratificado con el 99,83% de los votos de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento unicameral), recién constituida en su novena legislatura, según los datos ofrecidos ante la Cámara por la presidenta de la Comisión Electoral Nacional, Alina Balseiro.
Al conocerse el resultado, los diputados cubanos brindaron un aplauso al nuevo presidente quien fue felicitado con un apretón de manos y un abrazo por el mandatario saliente, Raúl Castro, según se pudo ver en la televisión estatal minutos después de que agencias oficiales divulgaran los datos.
“El mandato dado por el pueblo a esta legislatura es dar continuidad a la revolución cubana en un momento histórico crucial, que estará marcado por todo lo que debemos avanzar en la actualización del modelo económico”, ha añadido Díaz-Canel en el discurso con el que inaugura su mandato presidencial y con el que se abre el primer mandato de un presidente de la Cuba posrevolucionaria sin un Castro al frente.
Díaz-Canel ha dicho que el mundo está “en una coyuntura internacional caracterizada por la creciente amenaza a la paz y la seguridad”. “En tal contexto ratifico que la política exterior cubana se mantendrá inalterable y reiteramos que nadie logrará el propósito de debilitar a la Revolución ni doblegar al pueblo cubano, porque Cuba no hace concesiones contra su soberanía e independencia”, ha agregado.
El nuevo presidente ha recordado que con la constitución de la nueva Legislatura de la Asamblea culmina un proceso de “elevada significación política”, al tiempo que defendió el sistema electoral de Cuba, donde no caben la “politiquería ni el fraude”. Antes de su primer discurso oficial como gobernante, Díaz-Canel se dirigió al parlamento para anunciar que la conformación de su Consejo de Ministros se decidirá en el próximo periodo de sesiones de la Asamblea Nacional, previsto para julio.
Junto a Díaz-Canel, ha quedado también elegido el resto de los miembros del Consejo de Estado (máximo órgano de gobierno en Cuba), con el veterano Salvador Valdés Mesa como primer vicepresidente de la isla. El grupo de cinco vicepresidentes estará integrado por el “histórico” Ramiro Valdés; el ministro de Salud Roberto Morales; la controladora general, Gladys Bejerano; la directora del Instituto de Recursos Hidráulicos de Cuba, Inés María Chapman; y la presidenta de la Asamblea provincial de Santiago de Cuba, Beatriz Johnson. El Consejo de Estado está compuesto además por otros 23 vocales y un secretario, cargo en el que repetirá Homero Acosta.
Tras la proclamación de los resultados, el presidente del Parlamento, Esteban Lazo, invitó al presidente entrante a ocupar su nuevo lugar en la presidencia de la Asamblea, lugar donde Díaz-Canel brindó a Raúl Castro un saludo militar y otro abrazo. Posteriormente, Castro levantó el brazo de su sucesor en un clásico gesto de la iconografía revolucionaria.
Díaz-Canel subrayó que Raúl Castro “encabezara las decisiones de mayor trascendencia para el presente y el futuro de la nación”. Castro, según el nuevo presidente cubano, “asumió la dirección de Cuba en una difícil coyuntura económica y social y como estadista ha encabezado, impulsado y estimulado profundos cambios estructurales y conceptuales” dentro del proceso de actualización del modelo socialista de la isla.
“Es el mejor discípulo de Fidel, pero también ha aportado valores a la labor revolucionaria, al partido y al perfeccionamiento del gobierno”, ha aseverado Díaz-Canel. Este ha enfatizado la “obra colosal” de Raúl Castro al frente de Cuba y su “fundamental legado de resistencia ante las amenazas y agresiones”, así como su empeño en orientar y alertar “sobre cualquier error o deficiencia”.
Nacido el 20 de abril de 1960 en Placetas, provincia de Villa Clara, bisnieto de un asturiano de Castropol, casado dos veces y con dos hijos de su primer matrimonio, Miguel Mario Díaz-Canel templó ideología en las juventudes comunistas. Entre 1994 y 2003 fue secretario del partido en la provincia de Villa Clara, pero los comandantes de la Sierra Maestra observaron que tenía madera de dirigente, que cuadraba con el perfil adecuado para liderar, en su día, un relevo generacional confiable. Le gustaban los Beatles y la revolución. Se convirtió en un cuadro bendecido por el sanedrín del régimen, apadrinado por su mandamás, por Raúl Castro.
Díaz-Canel, ingeniero electrónico, inicia un mandato de cinco años, renovable por otros cinco pero no más por el límite de dos legislaturas establecido por Raúl Castro para los altos cargos. El relevo presidencial ha estado marcado por la llamada a la “continuidad”, el concepto clave del oficialismo en una coyuntura trascendental que evitan identificar con una transición para no dar espacio a la idea de un posible cambio de régimen.
En los primeros años, para ir asentándose, Díaz-Canel contará con el apoyo de Raúl Castro, cuyo mandato como primer secretario del Partido Comunista se extiende hasta 2021. El partido, y su dirigente, son por imperativo constitucional el máximo órgano de dirección del país, por encima del presidente del Consejo de Estado. En ese sentido, el timón de Cuba sigue en manos de Castro y Díaz-Canel podrá ir desarrollando su presidencia bajo su manto protector durante tres años
FUENTE: EL PAÍS