Hace dos años Yadira Aguagallo dejó el periodismo del día a día y junto a otro compañero abrió una agencia asesora de comunicaciones en situaciones de crisis.
La paradoja es que hace tres meses se convirtió en su propia cliente cuando su esposo, Paul Rivas, reportero gráfico del diario El Comercio de Quito, fue secuestrado y luego asesinado junto al periodista Javier Ortega y el conducto Efraín Segarra en la frontera con Colombia por la disidencia guerrillera que comanda alias Guacho.
Desde Cali, la periodista cuestionó duramente el manejo de la información y que las familias debieran conocer los detalles de lo ocurrido con sus seres queridos a través de las redes sociales.
¿Por qué el disgusto de las familias con ambos gobiernos?
Demasiada desinformación y mentira. Cuando se da el secuestro, el 26 de marzo, las autoridades ecuatorianas nos dicen que fue en Ecuador y luego trasladados a Colombia. Luego el presidente Santos y el ministro Villegas dicen que ellos no están en Colombia y que eso es un problema de Ecuador porque los periodistas son ecuatorianos y Guacho es ecuatoriano. Luego nos dice el Gobierno de Ecuador que no sabía quién los tenía secuestrados y nos enteramos por un tuit del Ministro de Defensa de Colombia que alias Guacho es el responsable. Luego el presidente Santos confirma por un tuit que los mataron en Colombia y viene días de silencio y abandono hasta que por otro tuit revela que rescataron cuatro cuerpos y que tres de ellos podrían pertenecer a los periodistas ecuatorianos. Como familiares es cruel que todo lo sepamos a través de redes sociales.
¿Y cuál es exactamente el disgusto con el Gobierno de Colombia?
Primero, negar que estaban aquí; sentimos después que la recuperación de esos cuerpos la convirtieron en un trofeo; por qué si ya hemos vivido tres meses de dolor, el Gobierno de Colombia levanta esos cuerpos como si levantara un trofeo; reconocemos que lo han hecho, que han permitido que en este momento se estén realizando las pericias, que gracias a eso los podremos llevar a casa y eso en medio de todo es un alivio, pero no entiendo el porqué de ese afán de protagonismo y de causarnos más zozobra y dolor.
¿Cuál fue la razón por la cual el viernes decidieron pronunciarse?
Porque cuando llegamos a Colombia la canciller Holguín en declaraciones a la prensa confirma que son ellos; luego estamos todo el día dentro de medicina legal y nos dijeron que hasta el martes se conocerían los resultados, pero cuando llegamos al hotel nos encontramos con un tuit del Ministro de Defensa en el que confirma que las cartas dentales arrojan un 99% de coincidencias sobre la identidad de los chicos. Puedes imaginar tu después de tres meses de aguantar sistemáticamente un manejo de información insensible, empezar a ver ese afán de figuración. Te invade la indignación y por eso en un comunicado pedimos el respeto a la memoria de los tres chicos y también para nosotros que también somos víctimas.
¿Qué repuesta recibieron a ese reclamo por parte de Colombia?
La Cancillería envió una nota de protesta diciendo que le sorprende porque lo que han hecho no es más que apoyarnos, pero no sé si el apoyo consiste en hacerte sufrir más emocionalmente. Sí que saludamos que esos cuerpos se hallan recuperado y que ahora medicina legal haga las pruebas periciales, pero sentimos que no es necesaria esta tortura sicológica y emocional de tener que enterarte por twitter de cómo avanza el reconocimiento de la persona a la que tú amas.
¿Y el manejo de la información por parte de su Gobierno?
En Ecuador quienes estaban encargados del operativo o de las acciones para el canje solo reaccionaban frente a las noticias que surgían desde Colombia. El 28 de marzo el diario El Tiempo informa sobre una falsa liberación y frente a esa noticia reaccionan las autoridades ecuatorianas y convocan a un comité de crisis; después RCN transmite el video de los chicos encadenados y frente a ese video es que se vuelve a reunir el comité de crisis; Ecuador solo reaccionaba ante esas noticias.
¿Sienten que el Gobierno de Ecuador les ocultó información?
Para nosotros era muy importante saber lo que estaba pasando, pero después nos enteramos que había comunicación entre alias Guacho y un oficial de la Policía y que Guacho le decía que iba a poner bombas y a secuestra civiles si no le devolvía a tres hombres que le capturaron y acababan con el acuerdo binacional de cooperación con Colombia; pedidos que venían haciendo desde enero, mucho antes del secuestro.
No te imaginas lo que es despertarte, después de dormir dos horas cada noche, y encontrar en tú teléfono a todas las personas que conoces en Facebook compartiendo imágenes de tu esposo encadenado pidiéndole al presidente Lenín Moreno que los ayude, que su vida está en sus manos. Te juro que ya no sé ni cómo sentirme frente a eso.
¿Les han dicho dónde los secuestraron y dónde los asesinaron?
Lo que le hemos pedido al ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, que tiene tanto afán por informar, es que estamos aquí en Cali, a media hora de vuelo de Bogotá, que nos dé información de don de encontraron los cuerpos y cuáles son las circunstancias en las que se encuentran. Entendemos que puede ser información sensible, pero para los familiares es muy importante. De otro modo, cómo sobrevives a esto o configuras tu vida con estas dudas.
¿Cómo recibieron el hecho de que Ecuador tratara de culpar a los periodistas por su secuestro?
Siento que fue una afrenta. Inmediatamente se conoce el secuestro, al otro día el Ministro de Interior llama a una rueda de prensa y dice que a ellos se les advirtió sobre el grado de peligrosidad que había en esta zona y por lo tanto hay una corresponsabilidad sobre el secuestro. A mí eso me parece revictimizante; culpar a la víctima por lo que le ha pasado y eso es terrible. Ahora sabemos que es un lugar en el que se articulan las disidencias, el narcotráfico y acuerdos con autoridades militares y de Policía que se dan desde hace años.
¿Hubo intento de rescate?
Tampoco tenemos información que nos permita validar esa tesis. Si revisas el histórico en el manejo del secuestro por parte del Ministerio del Interior de Ecuador, el ministro Navas en todas sus declaraciones dice que el proceso de negociación avanza, que estamos en negociaciones y un día frente a la prensa dice que no hay negociación. ¿Por qué no hay más negociación? ¿Ya sabían que los habían matado?
¿Ustedes pidieron mediación internacional en este caso?
Desde el primer día le pedimos al Gobierno ecuatoriano que se ponga en contacto con la Cruz Roja Internacional y no lo hicieron. Los familiares decididos contactarlos el 4 de abril pero nos respondieron que necesitaban un pedido del Estado ecuatoriano y solo lo hicieron el 14 de abril, un día después de la confirmación del asesinato.
¿Pudo esto ser el resultado del abrigo que les dio Ecuador a grupos armados colombianos en su territorio, como dicen en redes?
Nosotros siempre decimos que ‘Ecuador es una isla de paz’. Esto te demuestra que el imaginario de isla de paz es solo eso: un imaginario. Ecuador hace 20 años es un país de paso de droga; Desde hace 10 años es un país en el que se planta la hoja de coca, y desde hace 5 años es un país que tiene laboratorios para la producción de cocaína. Lo único a lo que nos llevó el creernos la ‘isla de paz’ fue a dejar que un crimen así ocurriera, cuando se pudo evitar.
“Nadie más que nosotros estamos de acuerdo con la paz; y esa paz tiene consecuencias y coletazos que no fueron vistos y que los tuvimos que asumir nosotros”