Sábado, 23 de Noviembre del 2024 
Un hombre, al que las autoridades francesas tenían fichado por haber hecho apología del terrorismo, mató a dos personas e hirió a otra este jueves en la ciudad de Trappes, en la periferia de París. Tras esconderse en una casa unifamiliar, el atacante fue abatido por las fuerzas del orden. El Estado Islámico reivindicó el ataque, pero los investigadores creen que el motivo fue una disputa familiar. Las víctimas son su madre y su hermana, según fuentes de la investigación citadas por la agencia France Presse.
“El perfil del asaltante es más el de un desequilibrado con antecedentes psiquiátricos que el de un hombre comprometido que responda a las órdenes de una organización terrorista”, dijo el ministro del Interior, Gérard Collomb.
El ataque, que ocurrió poco antes de las diez de la mañana, sigue un método conocido. El pasado 12 mayo, un hombre dejó un muerto y cuatro heridos en el barrio de la Ópera de París pronunciando las palabras “Dios es grande”. En los meses anteriores, desde Marsella a Londres y de Cambrils a Canadá, los atentados con cuchillo se han repetido.
El agresor de Trappes acuchilló las víctimas en la calle. Después se atrincheró en la residencia familiar. “Dios es grande. Si entráis os mato a todos”, gritó, según Le Parisien. Hacia las 10.20 horas salió de la casa y fue entonces cuando la policía disparó y lo mató, según la misma fuente. Collomb se desplazó al lugar de los hechos y elogió “la capacidad de reacción y la movilización ejemplar” de las fuerzas del orden”.
Trappes, una ciudad de 30.000 habitantes a 25 kilómetros de París, es una ciudad controlada de cerca por los servicios antiterroristas franceses. De Trappes, considerado un feudo islamista, salieron en los años recientes unos 80 yihadistas hacia Siria, lo que la convierte en uno de los principales focos en Francia de combatientes con el Estado Islámico. Trappes es uno de los 30 “territorios de reconquista republicana”, según la expresión del Ministerio del Interior; es decir, zonas prioritarias donde se ha reforzado la presencia policial.
Francia vive bajo la amenaza terrorista desde los atentados de 2015, que han dejado 246 muertos.
