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Ecuador abrió un corredor humanitario para el paso de venezolanos

Publicado el 25/08/18

Una jueza ecuatoriana dejó sin efecto este viernes la medida impuesta por el Gobierno de solicitar un pasaporte a los ciudadanos venezolanos para ingresar a su territorio, dijo la Defensoría del Pueblo, bajo el argumento de que la exigencia vulneraba sus derechos. Al mismo tiempo, el gobierno de Lenín Moreno decidió abrir un corredor humanitario.

La Defensoría del Pueblo junto a otras instituciones de derechos humanos habían hecho el pedido a la justicia del país, horas después de que el Gobierno ecuatoriano endureciera los requisitos para el ingreso de miles de ciudadanos a su territorio.

“Jueza acepta el pedido de medidas cautelares propuesta por la Defensoría del Pueblo ante la exigencia del Estado Ecuatoriano de pedir pasaporte a personas venezolanas”, dijo la institución pública en su cuenta de Twitter.

En la lectura de su resolución, la jueza Judith Naranjo dispuso además que en el plazo de 45 días el Gobierno deberá desarrollar un plan integral para el flujo regular de los inmigrantes.

Ecuador impuso la medida el 18 de agosto en un intento, según las autoridades, de ordenar la migración de venezolanos por sus fronteras, en medio de duras críticas de sectores de protección de derechos humanos y la Iglesia Católica.

Al menos unos 600.000 venezolanos han ingresado a territorio ecuatoriano en lo que va del año, huyendo de una crisis económica y política en Venezuela. Varios de ellos entraron al país de manera irregular por no contar con un pasaporte, un documento difícil de obtener en Venezuela.

Corredor humanitario

Por otra parte, el gobierno de Lenín Moreno abrió un “corredor humanitario” para acelerar el traslado de venezolanos que se dirigen a Perú, horas antes de que se endurezcan las normas de tránsito fronterizo en ese país desbordado por una ola masiva de migrantes.

“Van 35 (buses) en este momento por el corredor humanitario y vamos a seguir hasta que se pueda”, declaró a la prensa el ministro del Interior ecuatoriano, Mauro Toscanini, desde la amazónica ciudad de Macas (sureste), sobre esta crisis total en América Latina.

El gobierno de Moreno impuso el pasaporte la semana pasada y Perú replicó la medida que entrará en vigencia desde primeras horas de este sábado.

Venezolanos
Cientos de migrantes venezolanos reciben comida al llegar desde Ecuador al Centro binacional de atención fronteriza en la región norteña de Tumbes (Perú).

Ecuador, donde las autoridades estiman que viven unos 200.000 venezolanos, se ha convertido en un país de paso para los migrantes que huyen de la crisis rumbo a Perú, Chile o Argentina, en travesías de miles de kilómetros que muchos cubren a pie por largos tramos.

En las últimas semanas han ingresado unos 2.500 venezolanos cada día, según cifras oficiales, pero la cantidad se disparó en la víspera en la que Perú les exigió el
pasaporte.

‘Al tiempo tope’
En un Centro Binacional de Atención Fronteriza (CEBAF) en Tumbes, situado en medio de campos de banano en el límite entre Ecuador y Perú, una avalancha de venezolanos llegó en las horas previas a que comience a regir la obligación de presentar pasaporte para entrar a territorio peruano.

La gran mayoría son jóvenes, algunos con sus hijos. “Justamente me vine al tiempo tope, como quien dice, en la raya. Llegué justamente para poder entrar”, dijo aliviada a la AFP Angelí Vergara, secretaria de 22 años. “Tengo dos años esperando el pasaporte y no me lo han entregado”, relató.

Muchos llevaban casi 20 días caminando, viajando en precarios buses rurales o pidiendo la “cola” (como llaman los venezolanos a ‘hacer dedo’ o solicitar un ‘aventón’).

“Vine para acá ‘mochileando’ por Colombia y Ecuador como todos los venezolanos”, contó Edgar Torres, profesor de educación física de 22 años, de Caracas. Al igual que casi todos sus compañeros de travesía, no tenía pasaporte ni un centavo en el bolsillo. En el CEBAF esperó 12 horas en una fila bajo el calor tropical para obtener su tarjeta de ingreso a Perú. Comió su primer plato caliente en 10 días cuando voluntarias de una iglesia de la ciudad llegaron en camioneta a repartir sopa de arroz y papas.

El centro binacional construido en la década de 1990 para dejar atrás los conflictos limítrofes entre Ecuador y Perú, fue diseñado para atender a unos 200 viajeros al día, pero con el éxodo de venezolanos esa cifra se multiplicó por 10, o más.

“Van a volver”
De los 2,3 millones de venezolanos que viven en el extranjero, más de 1,6 millones han huido desde 2015, cuando el país petrolero se sumió en una grave crisis económica y política, con una aguda escasez de alimentos, medicinas y todo tipo de productos básicos.

El 90% de ellos se han refugiado en países de América Latina, según cifras de la oficina de la ONU para los refugiados (ACNUR) y la Organización para las Migraciones (OIM).



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